lunes, 17 de febrero de 2014

De facturas eléctricas y sanidad pública, universal y de calidad

Escribiendo un blog que declara abiertamente que soy "un puto pesimista", no puedo evitar en ocasiones sentir cierta decepción conmigo mismo. A la vista de las últimas entradas, se diría que vivo una idílica vida de pequeños viajes, excursiones y salidas familiares... Bueno, mi día a día no es idílico, pero afortunadamente la importante parcela de la familia goza de buena salud... Además, el objetivo que persigo escribiendo aquí -ya lo he dicho otras veces- es luchar contra ese pesimismo que ocupa demasiado espacio en mi día a día, y la mejor manera de llevar a cabo esa lucha no es descargarme escribiendo de toda la rabia y la bilis que me producen ciertos hijos de puta cada vez que tengo la desgracia de abrir un periódico o mirar un programa en la tele... Es decir, con todo lo demás sigo bastante pesimista (por no decir encabronado).

Tengo que reconocer, desde luego, que mi "activismo bloguero" se ha visto reducido. Podría poner por excusa el trabajo, o las responsabilidades familiares; y no digo que no tengan algo que ver, pero lo cierto es que estoy cansado. Quisiera escribir sobre todas las cosas que me incendian el ánimo, pero entonces no haría otra cosa. Sigo pensando que es mi obligación estar informado, lo que pasa es que he decidido no alimentar las llamas con mis palabras... Eso no quita que a veces, me pillen con las defensas bajas. Entonces, cuando te acuestas con esto y te levantas con esto otro, eres consciente (más de lo normal) de que te han jodido el día, y tienes que gritarlo en la blogsfera... 

No es que sea nada nuevo bajo el Sol. Lo de la estafa de la electricidad es algo tan habitual que ya ni nos duele (Se me ocurren metáforas demasiado gráficas y explícitas sobre las que no entraré en detalle)... En cuanto a la sanidad, ¿qué os voy a contar? El programa de la Sexta tampoco dice nada nuevo, pero ver todas las cifras y gráficos así, de sopetón, parece que escuece más. Merece la pena ver completo el programa, siempre y cuando uno tenga las tragaderas suficientes para escuchar a los cuatro gilipollas que dicen que aquí no pasa nada, que todo está guay, justo un instante antes de que les planten en la puta cara de autocomplacencia la pegatina de "MENTIROSOS". Conozco mucha gente en el sector de la salud pública, así que puedo hablar con información de primera mano. Son grandes profesionales, sobrecargados de trabajo, agotados y espantados por una situación sin precedentes en la sanidad de este país, en la que poder realizar una operación a corazón abierto depende, por ejemplo, de que haya guantes de látex en el almacén. Escalofriante. Igual mi lenguaje de hoy me desautoriza completamente, pero es que ahora no me sale otra cosa... Sanidad más eficiente ¡Los cojones!

1 comentario:

  1. No caigas en la desesperanza, yo también tengo mis días malos en los que me apetece vivir de espaldas a nuestros políticos, pero tarde o temprano la mierda que revuelven te salpica y es mejor que te pille mirando. Verla venir no te da garantías de que seas capaz de esquivarla, pero al menos tienes una oportunidad.

    Por otro lado, es indispensable estar informados para intentar votar a la opción menos mala... porque buena buena, así con la boca llena... no veo ninguna.

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