lunes, 17 de diciembre de 2012

21/12/2012

Pues ya lo tenemos encima otra vez, el fin del mundo digo… No es que esté especialmente alarmado la verdad. Creo que la fortuna está de mi lado ya que, sólo en la última década, he sobrevivido al efecto 2000, a la venida del anticristo, a la puesta en marcha del acelerador de partículas del CERN y al primer disco de Juntin Bieber, por comentar algunas de las ocasiones más escalofriantes y amenazantes... Y ya no hablemos de paranoias cada fin de año, guerras, cambio climático... etc.

Lo cierto es que son tantos los posibles motivos que nos pueden llevar al desastre que lo mejor es asumir que ocurrirá, no el viernes, sino en cualquier momento. No se cuan seguros están los científicos de la improbabilidad de impactos de meteoritos, llamaradas solares o la explosión de un supervolcán en el parque de Yellowstone... Según los geólogos son cosas que ya han pasado en la historia del planeta, así que, por lo que a mi respecta, es pretencioso pensar que no pueda pasarnos a nosotros y la verdad es que me preocupa poco ante la improbabilidad de detener tales acontecimientos...

En cualquier caso el apocalipsis sucede cada día para millones de personas. Miles mueren diariamente de hambre, millares sufren un pequeño armaggedon en forma de guerra a las puertas de sus casas. Cientos de familias sienten que el mundo se acaba con la pérdida de seres queridos a manos de la violencia. Decenas pierden sus trabajos y sus casas y el cielo se les cae encima... Así que, de una u otra forma, el final de los tiempos llega diariamente para muchísima gente para la que, a día de hoy, un meteorito gigante será el menor de sus problemas -incluso puede suponer un alivio-.

Además existen otros muchos factores de extinción masiva, a cerca de los cuales se nos está avisando desde hace tiempo y a los que nadie hace ni puto caso (entiéndase por "nadie" a los que realmente puede hace algo a gran escala. Que yo separe el cartón, el plástico y el vidrio, a estas alturas, me parece bastante intrascendente...). Todos esos escenarios catastróficos tienen un factor común: el ser humano está metido en la mierda hasta las cejas. Siempre he pensado que a lo largo de nuestra historia hemos estado dañando sistemáticamente nuestro entorno y a nosotros mismos. El problema que yo veo es que hasta este momento de nuestra existencia jamás habíamos tenido tanta capacidad de causar daños hasta límites irreversibles. Éstas posibilidades sí me preocupan, y me preocupan porque aunque a priori parecería mucho más sencillo poner remedio, por ejemplo, a los desequilibrios sociales o a la emisión de gases de efecto invernadero, la realidad se me antoja más difícil que desviar al planeta Niburu de su trayectoria con un misil termonuclear cabalgado por Bruce Willis gritando "YIHAAA!!!..."

El deshielo de los polos, la tectónica de placas, las catástrofes naturales, las guerras y hambrunas, o incluso la voracidad de los mercados financieros –tan de moda hoy día- no son nada nuevo, y desde luego no auguran nada bueno. Así que desde luego que sería deseable, como dicen algunos, que el día 21 no se nos cayera el cielo encima, sino que se desencadenase un cambio de mentalidad, una evolución del pensamiento colectivo que llevase a la humanidad a una nueva era de conciencia e iluminación intelectual... pfff... Me temo que para eso antes tendrían que venir los alienígenas de Raticulín y desatomizar a un buen puñado de descerebrados...

¿Os parece poco fin del mundo?... En resumen, que como no se si pasaremos del 21 de diciembre, de momento me reservo lo de Felices Fiestas y Prospero Año Nuevo para dentro de unos días... Mientras tanto feliz Apocalipsis a todos.

jueves, 29 de noviembre de 2012

Bólido

Igual es una tontada, pero ha sido el contrapunto interesante para un día rutinario y cansino (cosa que desgraciadamente viene siendo habitual). Esta mañana -serían las siete menos cuarto pasadas- acababa de recoger a mis compañeros de coche -conducía yo- e íbamos camino de nuestro vía crucis diario. No haría ni cinco minutos que habíamos salido a la autovía, a esas alturas los dos de atrás ya estaban oteándose el interior de los párpados, y mi copiloto y yo íbamos hablando de temas intrascendentes. De pronto hemos visto un destello bastante grande -considerablemente más luminoso que una estrella de las brillantes- seguido de una estela, cayendo con un ángulo 30 o 40 grados respecto a la perpendicular con la superficie. Lo hemos visto durante al menos 3 o 4 segundos, después se ha apagado con un chisporroteo a una distancia aparentemente corta -quizás unos cientos de metros- de la superficie.

Lo cierto es que el avistamiento nos ha proporcionado una conversación animada durante todo el trayecto (lo que viajando a Mordor a las 7 de la mañana es de agradecer), al menos a los que íbamos delante, porque los de atrás han abierto los ojos, han dicho "¿qué es eso?" y, sin esperar una respuesta, han caído inconscientes casi al instante... Pese a que a priori resultaba la opción más atractiva, hemos descartado de inmediato la hipótesis del ovni. Leyendo a Asimov, a Hawking y a otros genios que han escrito sobre el tema de los aliens, he llegado a convencerme -no sin cierta frustración- de que, si bien es casi irrefutable la hipótesis de la vida extraterrestre, es harto improbable que exista una civilización suficientemente avanzada o cercana para que tengamos contacto... Otra opción es que tengan tal tecnología que hagan saltar por los aires todas las leyes de la física que conocemos, cosa bastante improbable... La Ecuación Drake es a la vez una gran esperanza y un completo desengaño... Y además habría sido de lo más triste llegar hasta aquí para desaparecer volatilizado sobre la dehesa extremeña, y sin llevarse por delante ya no una ciudad o un pueblo, sino una mísera encina...

Así que la posibilidad más plausible es que hayamos visto un meteoro (o un trozo de chatarra espacial). En cualquier caso ha sido un acontecimiento novedoso. Dado su tamaño y el ángulo con el que caía, daba la impresión de estar bastante cerca (quizás unos pocos kilómetros), lo que hace bastante apetecible la idea de dar una vuelta por la zona para ver si vemos algo; aunque a priori la frase "ha caído en algún lugar entre Cáceres y Valdesalor" sea demasiado difusa para localizar el emplazamiento de un pedazo de lo que sea que, de perdurar tras la caída, no será mayor de unos pocos centímetros... Pero bueno, es algo que han visto varios compañeros de otros coches y nos ha dado un tema del que hablar para olvidarnos, al menos durante un ratito, de esta dichosa migración de sistemas que lleva mortificándonos dos semanas.

Se parecía bastante a esto, pero con otro ángulo...

jueves, 22 de noviembre de 2012

Pinceladas autobiográficas: ¿Quién teme al lobo feroz...?

Hombre, pues precisamente al lobo feroz nunca le tuve demasiado respeto. Casi me daba pena el pobre animal: Se comía a una niña repelente y a su abuela moribunda y llegaba un leñador que le rajaba la barriga o un cazador que lo cosía a balazos. Se zampaba a unos cuantos cabritos y llegaba mamá cabra y lo abría en canal, le llenaba la barriga con piedras y lo cosía (todo sin que el lobo se enterase... ¡olé la cabra cirujana!). Y con los tres cerditos ni siquiera probaba bocado y acababa dentro de una olla de agua hirviendo... ¿Por qué el pobre lobo tenía que ser vegetariano por cojones y yo me podía hartar de jamón o paletilla de cordero?... Era injusto.

Por lo demás ¿A qué teme un Sup3ia? Pues a un montón de cosas, como casi cualquier ser humano supongo. A fin de cuentas el miedo es algo que llevamos codificado en los genes... La mayoría de las cosas que aun hoy me erizan ocasionalmente los pelos de cogote tienen su origen en la infancia y en la imaginación desbordante de casi todo niño. Por lo demás los protagonistas suelen ser bastante poco originales, a saber: payasos, muñecas de porcelana, cuadros que mueven los ojos o los oscuros terrores de armarios y espacios bajo la cama...

Mi hermano y yo compartimos habitación durante casi toda nuestra niñez. Recuerdo que, siendo bastante pequeños, había un payaso de trapo colgado de la pared que fue durante muchos años una auténtica tortura. Cuando surge el tema del payaso en las conversaciones familiares, mi hermano suele decir que le tuve traumatizado hasta que le salió pelo en el pecho (bueno, en realidad el no se refiere exactamente "al pecho", pero en fin...). No se si llegamos a tener pelo en el pecho (o en cualquier otra parte), pero lo cierto es que pasamos un largo periodo de nuestra infancia durmiendo arropados hasta la cabeza (me atrevería a decir que también de la adolescencia...), dejando sólo un pequeño orificio para respirar, por donde obviamente no podía pasar monstruo ni payaso alguno... -"El payaso se ha movido..."- decía yo desde la profundidad de mis sábanas blindadas anti-monstruos. -"No es verdad..."- decía mi hermano, más bien poco convencido, desde lo más hondo de su escondite (también blindado)... El cine y la literatura lo han demostrado una y otra vez, los payasos no son de fiar ¿Qué pretendían esconder debajo de toda esa pintura y ropa hortera?... Lo que no alcanzo a comprender es por qué aquel payaso estuvo tanto tiempo allí. Supongo que ni mi hermano ni yo fuimos capaces de reconocer ante nuestros padres que el absurdo muñeco nos asustaba. O quizás nunca dijimos nada por temor a las represalias del espantajo..., mis padres no eran de tirar juguetes porque sí, así que seguro que nuestro Chucky particular volvería cualquier día desde el infame cajón olvidado en que se encontrase para atormentarnos...

Mi pobre hermano ha sido copartícipe de todos mis terrores infantiles. Además, yo tenía la mala costumbre de afianzar esos miedos dándole algunos sustos terribles. Cuando recuerdo los malos ratos que hacía pasar a mi sufrido hermano pequeño, me entran unos remordimientos tremendos. Yo era el mayor, y mis padres no solían ver muy bien que le devolviese los golpes cuando nos peleábamos, así que en lugar de eso le torturaba psicológicamente ¿Qué otra cosa podía hacer? A parte de las peleas habituales entre hermanos, en general teníamos muy buena relación, así que yo, como hermano mayor, era algo así como un modelo para él y de pequeñajo me seguía a todas partes (aunque fuera perjudicial para su salud)... En cualquier momento dado yo podía salir corriendo hacia el pasillo, mi hermano tardaba poco en venir detrás de mi, pero para cuando eso ocurría yo ya estaba escondido en cualquier habitación y el avanzaba cautelosamente por el pasillo llamándome sin obtener respuesta... El susto, claro, era de dimensiones épicas. Otras veces, cuando nos peleábamos y me pegaba, me hacía el muerto. Era capaz de aguantar durante minutos -que para él debían ser eternos- tirado en el suelo sin moverme. No me imagino la angustia que debía sentir el pobre mientras escuchaba a mis padres llegar por el pasillo... De verdad que lo siento hermanito.

Como todos los niños, guardo muy buenos recuerdos del pueblo de los abuelos. Pero incluso allí la imaginación se me desbocaba y me jugaba malas pasadas (y una vez más también mi hermano sufría las consecuencias). La casa del pueblo era (es) una casa grande con dos plantas. No era una casa especialmente vieja (y después de la reforma que han hecho mis padres ha quedado estupenda), pero estaba llena de imágenes religiosas, huecos tras las cortinas, habitaciones por las que, por alguna razón, era una verdadera angustia pasar y una cámara en la planta de arriba, llena de trastos viejos, que podía albergar seres incognoscibles... Había un viejo cuadro de una gitana con una guitarra, que movía los ojos. Había una mancha en la pared que recordaba al bisabuelo muerto. Y luego estaban esos cuadros de angelitos sobre nuestras camas, mirando, precisamente, hacia abajo... No tengo nada en contra de los angelitos, pero padres y abuelos del mundo, a ver si nos metemos en la cabeza que la sensación de sentirse observado cuando intentas dormir es bastante desagradable...

Lo de las muñecas de porcelana también me viene de lejos y creo que la culpa la tuvo una peli de los setenta en la que salía una niña con una esas muñecas, bastante chunga por cierto... Ni siquiera se si llegué a ver la película completa, mis padres vigilaban bastante las cosas que veíamos en la televisión (vamos, igualito que la mayoría de los padres de ahora...). Es uno de esos recuerdos difusos pero que nunca he olvidado, y creo que, en mi caso, fue el detonante de mi fobia. De hecho aún hoy me dan bastante grima. Mi suegra tenía una de esas cosas de rostro mortecino (aun la tiene) en el dormitorio que usamos cuando vamos a visitarla. Lo primero que siempre hacía cuando entraba en la habitación era coger la muñeca y sacarla a una silla en el pasillo. Cada vez que volvíamos a pasar un fin de semana me la encontraba de nuevo en la cómoda (obviamente mi suegra la volvía a colocar allí cuando nos íbamos... eso quiero pensar). El caso es que en una ocasión, siendo Olga aún pequeña, tracé un malévolo plan... Por aquel entonces la niña todavía dormía con nosotros, y solíamos poner la cuna de viaje junto a nuestra cama. Un día acerqué la cuna un poquito más de lo habitual a la cómoda, puse la muñeca algo más cerca del borde y me senté pacientemente en la cama a observar el desarrollo de mi argucia... Al rato el plan surtió efecto, la niña cogió la muñeca y al poco la dejó caer al suelo... -"¡Cris!"- grité desde el dormitorio -"¡Tu hija se acaba de cargar la muñeca...!"- Cuando Cris llegó a la habitación primero miró a la pequeñaja. Olga le devolvió la mirada y entonces lo supe. La niña se había chivado telepáticamente... ¡Maldito vínculo del lactante!... El tiro me salió por la culata, porque la cara de la muñeca sólo se rompió en un par de pedazos y Cris me obligó a repararla con pegamento. En consecuencia ahora no sólo la muñeca sigue estando sobre la cómoda del dormitorio, sino que encima tiene una horrible cicatriz cruzándole la cara, todavía me da más mal rollo que antes y seguramente me odia...

Muñecas, payasos y cuadros de gitanas que te miran no han sido los únicos protagonistas de mis desvelos. Nunca me gustaron los armarios con puertas a medio cerrar (aún hoy voy cerrando armarios detrás de mi mujer, a quien parece no importarle las magnitud de las aberraciones que pueden ocultarse ahí dentro y que, como todo el mundo sabe, no son capaces de empujar una puerta...). Dormir con un brazo o un pie fuera de la cama, mirar profundamente hacia la oscuridad o dentro de un espejo... En fin, mil y una paranoias que, con el paso de los años, han quedado como pequeñas reminiscencias de terrores infantiles implantadas, ya no por miedo, sino por la fuerza de la costumbre y, que pese al mal rato de entonces, buscamos reproducir a través de literatura y películas (otro día hablaré del drama contemporáneo de vampiros amariconados que brillan a la luz del día en lugar de freírse como todo demonio chupasangres que se precie...).

Lamentablemente ahora los miedos son mucho menos sobrenaturales, más tangibles y, desde luego, menos estimulantes. Ocupan este blog y los de algunos amigos desde hace años, así como los periódicos y noticiarios, y no basta con encender la luz para escapar de ellos... Yo al menos me complazco pensando que no hace mucho, cuando mi hija aún no hablaba, un escalofrío me recorría la espalda cuando se quedaba mirando al techo o a un rincón y sonreía. Estoy esperando como agua de mayo la estimulante descarga de adrenalina que me producirá enfrentarme a su primer amigo imaginario...

lunes, 19 de noviembre de 2012

El mercado de las tres culturas

El pasado fin de semana se ha celebrado en Cáceres el XI Mercado de las Tres Culturas. Se podría decir que soy fiel a este acontecimiento desde su primera edición (puede que me lo haya perdido algunos años, pero no creo que más de dos o tres). Aunque este año ha sido bastante especial, sobre todo para Olga, que lo ha vivido con mucha intensidad.

Nuestro primer acercamiento tuvo lugar la tarde-noche del jueves. El mercado se inauguró sobre las seis, y nosotros lo estuvimos recorriendo con la niña desde las seis y media o las siete hasta pasadas las ocho y media. Como era jueves todo estaba bastante tranquilo. Había poca gente -aún no había llegado la saturación del fin de semana- y Cris, Olga y yo disfrutamos de un agradable paseo. En la plaza de San Juan nos encontramos con un pasacalles. Cinco músicos del medievo animaban el ambiente con sus clarinetes, gaitas y tambores. Las trovadorescas melodías de matices norteños hipnotizaron a Olga, que los observó sin pestañear mientras disfrutaba de una magdalena artesanal de tamaño familiar. Sólo logramos que se olvidara de los juglares cuando se subió en el tiovivo de manivela que nos encontramos en la Plaza de San Jorge.

Pronto llegó la hora de cenar y decidimos tomar algo en uno de los puestos de carne a la brasa en la plaza de Santa María. Unos choricitos criollos, una ración de croquetas caseras, patatas fritas y unos refrescos... un pequeño atraco, aunque menos que otros años. Será la crisis.


El día grande para la enana llegó el domingo (hubiera sido el sábado, pero la lluvia nos aguó la fiesta). Mamá se había tenido que ir a cuidar de la abuela de Coria, pero los abuelos de Badajoz estaban aquí y venían con ganas de niña y de mercado medieval. A las doce y algo ya estábamos entre tenderetes. Se notaba que el tiempo daba tregua y nos regalaba un domingo de cielo azul, sol y buena temperatura, la calle estaba repleta. Olga empezó repitiendo magdalena, aunque acababa de tomar algo de fruta y esta vez me tuve que terminar yo el dulce.


De paso por San Juan Olga exclama: -"¡Papá burritos! Me quiero montar..."- Le digo que más tarde. Acepta a regañadientes, aunque ya no dejaría de hablar de los burros en toda la mañana. De camino al Arco de la Estrella oímos un alboroto de niños y graznidos. Por ahí llegaba el paseo de las ocas. Empezamos teniendo suerte (no habíamos conseguido verlas el jueves). Olga se detiene y observa embobada como el tropel de palmípedos pasa rozándole las piernas... -"Las ocas son un poquito revoltosas papi"- me dice. Continuamos subiendo hasta cruzar el Arco y entramos en el recinto amurallado.

La parte antigua estaba repleta de gente aunque, salvo algún embotellamiento ocasional, el paseo no resultaba incómodo. Cruzamos entre los aromas de dulces y carnes a la brasa de la plaza de Santa María y subimos tranquilamente en dirección a la zona donde se asentaba la cultura árabe, la Plaza de las Veletas y San Mateo. Pasamos junto al tiovivo en San Jorge, Olga quería montar de nuevo, pero no resultó difícil disuadirla. Había una razonable cola, lo que anticipaba un rato de espera que no nos apetecía a ninguno. Vagabundeamos un buen rato entre calles y gente: Armas y yelmos de moros y cristianos, jaimas y teterías, utensilios de tortura, artesanía... Entonces llegó uno de los mejores momentos del día: en la plaza de San Mateo nos encontramos con los trovadores de días antes, los que tanto habían gustado a Olga. Nos detuvimos a verlos un rato. Tocaban animadamente rodeados de un buen grupo de gente. La niña se adelantó un poquito, después un poquito más. Estaba embelesada. Cuando terminaron de tocar le pregunté: -"¿Quieres que les compremos su música?"- Asintió con la cabeza sin dejar de mirarles. Me acerqué con la niña y les pedí un disco. Olga les dio el dinero y cogió el CD. Muy agradecidos se acercaron, cruzamos unas palabras y dedicaron caricias y sonrisas a su pequeña fan. Acto seguido rodearon a Olga y tocaron para ella -yo me mantuve a un par de metros-. La niña, alucinada, permanecía completamente inmóvil, con su CD en la mano, muy seria (como siempre). Observaba a su alrededor sin inmutarse y a penas sonriendo un par de veces... Pero su pie derecho la delataba, estaba siguiendo el ritmo... Cuando acabaron, les dimos las gracias y nos despedimos mientras unos cuantos observadores más se interesaban por el disco. Cogí a Olga en brazos y, todavía sobrecogida, me dijo: -"Papá, se me ha metido la música en la barriga..."-.


Ya bajábamos de vuelta a San Juan -para ver si localizábamos la recua de borricos- cuando un amigo, con el que nos cruzamos, nos informó de que la exhibición de animales de cetrería se hallaba junto a la antigua Facultad de Derecho. Así que nos dirigimos para allá y dedicamos unos minutos a admirar a buitres, águilas, búhos, lechuzas y otras rapaces. A unos metros estaban las ocas, esta vez en su redil, lo que hizo las delicias de Olga.

Un rato más tarde, finalizó nuestro periplo medieval en la plaza de San Juan, con la niña cabalgando a lomos de un dócil y travieso asno llamado Shrek, que se pasó los diez minutos del paseo intentando morderle la cola y las patas traseras al burro que le precedía en la cuerda. Afortunadamente los equinos iban con paso calmo y yo pude caminar junto a mi pequeña amazona sujetándola ocasionalmente por la cintura, porque de otro modo Olga se habría caído de su montura debido a un ataque de risa...

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Un par de ejemplos de austeridad

Se que es darle más vueltas a lo mismo y que el nivel de mosqueo general es ya suficientemente elevado como para seguir toqueteando las gónadas al personal. Pero que le vamos a hacer, si sólo estoy cabreado yo no tiene la misma gracia...

He aquí dos de las noticias que hoy me han llamado la atención. Hay muchas otras -todas malas- pero estas me han encantado por la coherencia que le dan a los mensajes de esfuerzo y austeridad que nos envía el des-Gobierno.

El PP rechaza suprimir el presupuesto para traducción simultánea en el Senado. 330.000 euros –poca cosa-. Total es un gasto insignificante que por otro lado sirve para tener contentos a cuatro gilipollas que además hablan perfectamente castellano...

El gasto en la renovación del sitio web del Senado asciende a 448.820 euros. Que digo yo que la web tiene que ser la leche merengada. Entiendo que un site tan ""importante"" como el del Senado deba tener una inversión adecuada en lo mejorcito en tecnología web. Pero en el propio artículo se mencionan opciones más económicas... Claro que esto es lo de siempre: mientras seguramente el trabajo de verdad lo haya hecho un pobre becario por 900 euros al mes, el amigo de alguien se habrá embolsado una buena prima sutilmente enmascarada con palabras bonitas y muy técnicas, y caras licencias de software... No es que sea lo mismo, pero conozco informáticos que montan portales web completos por 300 euros, claro que ellos no están tan bien relacionados... 

Y todo esto en un momento en el que, precisamente, gran parte de la sociedad y del mundo de la política se está cuestionando la utilidad de una institución como el Senado...

ACTUALIZACIÓN (27 de Noviembre de 2012)

Un ingeniero crea un clon de la web del senado sin gastar un euro en licencias... Ahora vas y lo cascas...

lunes, 29 de octubre de 2012

jueves, 25 de octubre de 2012

miércoles, 24 de octubre de 2012

La primera carta

En un mundo cada vez más tecnológico, donde las comunicaciones no virtuales son cada vez más anecdóticas, Olga ha recibido su primera carta en papel, y viene, ni más ni menos, de Carolina del Norte. Unos buenos amigos a los que, por cierto, se les cae la baba con la niña :), le han mandado un pequeño obsequio con motivo de la cercana festividad de Halloween: una cajita de cartón llena de pegatinas de murciélagos, calabazas y fantasmas. Pegatinas que, todo sea dicho, ya adornan buena parte de los muebles de su habitación y algún que otro muñeco...   

Muchas gracias chicos. Es genial sentir que alguien nos tiene tan presentes al otro lado del Atlántico.


martes, 23 de octubre de 2012

La paga fantasma

El des-Gobierno acaba de dar con la formula definitiva para ingresar dinero en las mermadas arcas del estado. Cobrar cotizaciones por sueldos que no paga. Parece ser que el súmmum de la recaudación es retener impuestos por nóminas fantasma. ¿Se puede hacer eso? Pues parece ser que sí se puede.

miércoles, 17 de octubre de 2012

Nunca encuentras un condensador de fluzo cuando lo necesitas...

SU JING: ¡Jo tía, he perdido el mando eléctrico de la puerta de casa!, Como se entere mi padre me manda a un internado en el Tibet.

XIU LIN: ¡Uf!, que marrón tía ¿Y ahora que vas a hacer?

SU JING: Molaría poder viajar atrás en el tiempo para evitar el desastre tía... ¿Tú no tendrás un Delorean con condesador de fluzo por ahí?

XIU LIN: Mi padre me lo tiene confiscado porque he gastado demasiado plutonio tía... No, ahora en serio, eso es físicamente imposible. Con esos taconazos tú no consigues correr a la velocidad de la luz ni de coña y el único agujero de gusano que conozco es el culo de ese cerdo de Chen Jun...

SU JING: Pues en un programa de la tele he visto que si te suicidas se abre un portal que te permite viajar en el tiempo... ¿Te apuntas tía?

XIU LIN: Venga va, total "Pekin Shore" no empieza hasta las ocho...

¿Ficción? No, la estupidez humana DEFINITIVAMENTE no tiene límites. Aprieta aquí

lunes, 15 de octubre de 2012

Café largo de impunidad

Como cada mañana hemos bajado a desayunar a la cafetería de la Consejería pasadas las diez y media. La verdad es que al entrar ni siquiera he reparado en el cartel -probablemente alguien sujetaba la puerta o me cedía el paso-... El caso es que hace unos días algo me salió de ojo: dos de los camareros, que habitualmente se parten el lomo currando y yendo sin parar de un lado a otro con cafés y tostadas -para que nuestra estancia en la cafetería no se prolongue más de 20 o 25 minutos- estaban sentados en una mesa. Los vi así un par de veces la semana pasada, y hoy la situación se repetía... Alguien me había comentado de pasada que estaban teniendo problemas con su empresa, pero no le di importancia.

Mientras desayunábamos he estado observando a la gente que se acercaba a hablar con ellos. Entraban en la cafetería y, después de verles y cruzar algunas palabras, se iban sin tomar nada (además las mesas estaban casi todas vacías, lo que no es habitual a esa hora). Finalmente, al terminar nos acercamos a hablar con ellos. Se me atraganta el desayuno y me dan unas ganas tremendas de irme sin pagar, no lo hago, pero mañana desayunaré en otro sitio o me llevaré un bocadillo... Un insignificante gesto de solidaridad, pero si vale de algo ahí queda...

Buscando en Google el nombre de la empresa adjudicataria -para ciscarme en sus muertos a través de este blog- encuentro más información de la que necesito para indignarme en este artículo. Conozco a los protagonistas. La empleada de origen ruso de la que habla el periódico se llama Verónica, es simpática, tiene genio y un gracioso acento, lo que combinado tiene un curioso efecto cuando mete prisa a sus compañeros porque una comanda viene mal o tarda mucho. Es como si unos sicarios de la mismísima Russkaya mafiya se fueran a asegurar de que recibes tu café caliente...

¿Hacia dónde narices vamos cuando en un edificio público se dan estas irregularidades?¿Contratos falseados?¿Explotación?¿Trabajadores ilegales?...Todo en los mismísimos morros de la Administración. Y que conste que quiero pensar que en este caso la Junta también es parte perjudicada, y perjudicada por partida doble: por los 13400 euros que le deben y por la imagen que está dando... Perjudicada pero también culpable, porque lo cierto es que este atropello ya lleva dándose un tiempo y allí siguen sirviéndose cafés..., cuando lo que tenía que pasar es que este tipo de situaciones se zanjarsen a cuchillo y sin pasar por DOE..., a ver si de una vez por todas escarmentamos escarmientan en este puto país los cuatro (o cuatro mil) sinvergüenzas que nos están hundiendo en la miseria.


lunes, 1 de octubre de 2012

Última semana de vacaciones

Hace un par de semanas me quejaba, como viene siendo tradicional, de mi particular "vuelta al cole". Hoy he vuelto, otra vez. Este año las vacaciones han quedado un poco raras porque, al empezar la niña el cole, nos hemos visto obligados a una distribución de días un tanto peregrina. El caso es que Cris y yo debíamos cubrir el periodo de adaptación cogiendo las últimas dos semanas de septiembre. Como nos quedaba una semana a cada uno ella cogió la del 17 y yo la del 24. Y así, con más pena que gloria he agotado mis últimos días de dicha estival.

Al margen de mañanas bastante desaprovechadas en busca de aparcamiento, dejadas y recogidas en el cole y alguna que otra compra de abastecimiento doméstico. Estos días han estado adornados por dos fines de semana suficientemente interesantes. El sábado 22, coincidiendo con el solsticio de verano y con una tormenta solar (que al final no resultó tan apocalíptica), se casaron dos grandes amigos. Fue un estupendo día de fiesta, lleno de otros tantos buenos amigos, grandes reencuentros, estupenda comida y buena música –a veces-. El novio, que por momentos llegó a tener más de 39º de fiebre, aguantó como un campeón hasta dónde yo sé... Cuando nosotros abandonamos el jolgorio -obligados por nuestra paternidad- había remontado y disfrutaba como el que más (eso sí, con aspecto algo más cansado y ojeroso) de su gran día gracias a las drogas legales... No sabemos que pasó después, ni sabemos si esa noche pudo estar a la altura de una novia que lució radiante (aunque preocupadilla por momentos) durante toda la jornada. Ha pasado más de una semana desde aquel día genial (aunque algo accidentado y estresante para los contrayentes) y a estas alturas deben estar disfrutando de su viaje bien merecido. Espero que la vida les depare lo mejor juntos.

El siguiente fin de semana tampoco estuvo mal, pese a la ausencia de mi media naranja (que tuvo que estar con su madre), por lo que a mi me tocó ejercer de padre/madre en una reunión en la que todos los demás progenitores iban emparejados... El caso es que algunos padres de la guardería donde iba Olga nos hemos propuesto seguir viéndonos y organizando cosillas para que los niños puedan mantener el contacto, ya que ahora están todos desperdigados por los colegios de la ciudad. Con algunos de ellos hemos trazado una buena relación y merece la pena mantenerla y fomentarla si es posible. Así pues, una de las madres organizó un pequeño crucero por el Tajo, recorriendo durante un par de horas el río en su discurrir por el Parque Natural Tajo Internacional. Fue una bonita experiencia que gustó a mayores y pequeños. Culminamos el día con una buena comida en Cedillo y una agradable tarde de charla en un parque donde los críos se pusieron de tierra hasta las cejas... Por cierto, la gente del barco nos dedicó un pequeño video, bastante peliculero la verdad, pero un detalle gracioso a fin de cuentas. Hay otro crucero que dura todo el día y que llega hasta Castelo Branco, en Portugal, y lo cierto es que parece bastante apetecible...

martes, 18 de septiembre de 2012

La “vuelta al cole”... Sí, otra vez

El año pasado por estas fechas, me quejaba amargamente de un verano nefasto en lo que a tema automovilístico se refiere. Nos gastamos un dineral en reparaciones y mis benditos medios de transporte se ventilaron la paga extra prácticamente sin despeinarse. Después de lo que contaré a continuación, estoy empezando a temer que esto se convierta en una dolorosa tradición cada final de verano...

De no ser por las circunstancias, un tanto "sobrenaturales", esto no dejaría de ser una jugarreta más, de las que sufrimos frecuentemente los que tenemos la desgracia de necesitar un coche. Pero merece la pena contarlo, aunque sea para demostrar -una vez más- que Murphy es un grandísimo e infalible hijo de la gran p*...

Hace unos días, a última hora en el trabajo, antes de coger el coche de vuelta a casa, estaba ojeando el blog de un amigo que hacía tiempo que no leía. Me paré en una entrada, en la que se quejaba con amargura de una mala racha con los coches. No pude por menos que empatizar con él al recordar mi odisea del año anterior.

El caso es que ya en la autovía, iba yo pensando en mis cosas, batallando contra el sueño, mientras mis tres compañeros de coche reposaban en brazos de Morfeo. En esto que de pronto me acordé del post de mi amigo -"Menuda faena..."- pensé -"Menos mal que este año yo he tenido suerte..."-. En ese mismo instante miré el salpicadero y se encendió una de las luces de aviso, como diciéndome "Qué te has creído tú eso...". En aquel momento noté que el coche perdía potencia. Estaba pisando a fondo y el cuentaquilómetros no subía de 110...

Después de maldecir en arameo y otras lenguas muertas, salí de la autovía y detuve el coche (aunque no paré el motor, acojonado por si no volvía a arrancar...). Todos nos bajamos y yo abrí el capó (como si fuera a encontrarme un post-it que dijera "se ha averiado el compresor del condensador de fluzo..." o algo así...). A tenor de mis extensos conocimientos de mecánica, me limité a comprobar que no salía humo de ninguna parte. Luego cerré el capó y hablé con convicción: -"No tengo ni puta idea de lo que pasa, así que a ver si llegamos a Cáceres..."-.

Nos montamos todos en el vehículo y nos pusimos en marcha: primera, segunda, tercera..., pongo cuarta y entro acelerando en la autovía, paso a quinta, sigo acelerando, 110, 120, 130..., no pasa nada. Pongo el control de velocidad en 120. Parece que de momento todo va bien. Al rato se apaga el chivato. Trato de no pensar en averías, en blogs de amigos o en el puto Murphy..., y finalmente logramos llegar sin problemas.

Al final la broma ha resultado ser el filtro EGR (un cacharro que regula la emisión de gases). Hace un rato me ha llamado un señor muy simpático de la OPEL y me ha dado la cifra: 286 €uretes... Bueno, al menos no son los 600 del alternador, y si no viene ninguna otra desgracia detrás, podré darme con un canto en los dientes... Sí José, ya se que no es por joder, y que podía haber sacado un filtro EGR de desguace por 10 euros... Pero soy tan perro que por no andar complicándome la vida sigo yendo al taller oficial, que después de todo, con un buen lubricante no duele tanto (:P)...

viernes, 14 de septiembre de 2012

La cara y la cruz de la economía global

En Europa esta mañana nos hemos levantado con la noticia de que el BCE pide otro ajuste riguroso para combatir el déficit... Vamos más recortes e impuestos.

Y mientras tanto en USA planean una inyección masiva de capital para luchar contra el desempleo... Con dos cojones. ¿Necesitas dinero?, pues dale a la manivela, que papel y tinta hay de sobra. Da igual que no haya riqueza "de verdad" que lo respalde... Vamos, la solución que aplicaría cualquier niño de cinco años para combatir la pobreza: pintar billetes.

No creo que ninguno de los caminos sea el correcto. Aunque desde luego está claro quien lo está haciendo mejor para "sus ciudadanos" (al menos algunos de ellos). A los yankees no les importa una mierda la repercusión que puede tener inhundar la economía global con billetes de monopoli porque como "los mercados" siguen considerando el símbolito $ como un valor seguro..., pues no hay ningún problema. Nada cambia. Todo sigue igual. En la próxima crisis inmobiliaria de Estados Unidos, Europa se va a la mierda con eurobonos y todo...

jueves, 13 de septiembre de 2012

Un verano complicado

A penas queda una semana para el final oficial del verano y, por las circunstancias, la sensación de descanso estival es, básicamente, inexistente. Por decir que hemos "veraneado fuera" nos hemos escapado tres días a Madrid a primeros de septiembre. Hemos estado en un agradable hotel en Pinto (a 20 minutos del centro de Madrid). ¿Por qué en Pinto? Bueno, nuestro destino principal ha sido el Warner Bros Park, que está, precisamente, entre Pinto y Valdemoro... La verdad es que, dada la situación actual (lo de mi suegra sigue bastante complicado), no nos apetecía demasiado ir a ninguna parte..., bueno, apetecer sí, lo que pasa es que la situación familiar -y un poco la económica- no nos permitía irnos donde, cuando y cuanto hubiéramos querido... Pero al menos, con esta escapada, el verano de Olga no se ha limitado a una pequeña piscina en el patio de casa y a cuidar de la abuela malita; y podrá decir en el cole (empieza mañana) que ha ido de vacaciones. No importa que sólo hayan sido tres días; su percepción del tiempo aun es bastante relativa, afortunadamente.

Por suerte, la salud de la niña no nos ha dado quebraderos de cabeza importantes. Desde que la operaron a finales de junio su calidad de vida ha mejorado sustancialmente (y la nuestra claro). Ahora su descanso nocturno parece reparador, no hemos vuelto a notarle apneas y a penas ha tenido un breve resfriado anecdótico por algún día fresco de piscina (aunque hemos tenido muy pocos días frescos este verano...). Como consecuencia de todo esto, su actividad durante el día se ha intensificado y ya no se queda sin aliento a la primera carrera. Pero claro, más carreras, saltos y brincos conllevan más caídas, moratones y magulladuras... Aunque bueno, que todos los problemas sean como esos (es que está falta de práctica la mi pobre...).

Por lo demás, hoy he empezado a trabajar. Cuando esta mañana sonó el despertador a la seis (¡las seis!), casi me da un telele. No es que me haya levantado a mediodía durante los días de vacaciones -Olga toca diana a las ocho y media como muy tarde-. Pero por más que pasen los años uno no se acostumbra a estos horarios (sobre todo cuando tratas de acostarte temprano y pasas sistemáticamente una hora dando vueltas en la cama sin poder dormir). Cuando empezaba mi jornada en Mordor a las ocho, levantarse a las seis y media ya era infame; ahora que empiezo a las siete y media, levantarse a las seis es una puta tortura... Y encima dando gracias, no sea que después de ampliaciones de horario, recortes de sueldo y demás mandangas, cualquier mañana ojeando el DOE (cosa que odio, pero tengo que estar al tanto de resoluciones y decretos sobre las ayudas que pagamos) me encuentre de patitas en la calle.

martes, 24 de julio de 2012

Lecturas reveladoras

El año en curso no está siendo especialmente prolífico en lecturas, y el verano, que solía ser mi principal fuente de tiempo libre, se nos ha complicado bastante. Aún así, y como no podía ser de otra manera dada la situación actual, he leído un par de buenos libros sobre crisis, economía y demás quebraderos de cabeza (sí, ¿qué pasa?, me gusta mortificarme...)

El primero de ellos es "Hay Alternativas, Propuestas para crear empleo y bienestar en España", escrito por Vicenç Navarro, Juan Torres López y Alberto Garzón Espinosa (sociólogos, economistas, catedráticos y gente así). Su título lo dice todo, y entre sus capítulos cuenta con títulos tan sugerentes como "La hipoteca del déficit social", "¿Bajar los salarios o subirlos para crear empleo y recuperar la economía?" o "La economía al servicio de las personas y en armonía con la naturaleza". Una lectura del todo recomendable...

El otro libro, y sin duda el más difícil, ha sido "Bad Samaritans" de Ha-Joon Chang. Ha sido difícil por que leer un libro de economía de 250 páginas, para un profano como yo, es necesariamente complicado; y leerlo en inglés todavía más (Hay versión traducida, se llama "Qué fue del buen samaritano". Pero en mis manos cayó primero en inglés y ya me lo planteé como un reto personal). Ha-Joon Chang está considerado actualmente como uno de los economistas heterodoxos más influyentes. Vivió de cerca el milagro económico coreano y es un defensor de la intervención del Estado en la Economía como agente regulador, ya que, como el mismo dice, los mercados no pueden autorregularse. El tío desde luego escribe bien: con agilidad y buenos ejemplos. No se empantana excesivamente con las cuestiones técnicas y hace gala de un buen humor. Se que el post va a quedarme un poco largo, pero voy a dejar aquí algunos párrafos -libremente traducidos- que invitan a la reflexión y que hablan de lo que nosotros, humildes bloggers, llevamos escribiendo bastante tiempo.

En una de las muchas alusiones que hace al proteccionismo en la economía comenta:
Se acepta el mito, sin cuestionarlo, de que los países ricos de hoy día, se desarrollaron a través del libre comercio y las políticas del libre mercado. Pero la historia nos dice que, virtualmente todos los países exitosos económicamente, usaron, en etapas tempranas de su desarrollo, alguna combinación de proteccionismo, subsidios y regulación con el fin de desarrollar sus economías.
Desafortunadamente, otra lección de la historia es que los países ricos "han dado la patada a la escalera" forzando a los países pobres de hoy al libre comercio y a las políticas del libre mercado.
Hablando de la inversión extranjera:
En el caso de sus argumentos a cerca de la relación entre comercio internacional y desarrollo económico, los países ricos están completamente equivocados. Ellos piensan que si se liberaliza la regulación de la inversión extranjera, más inversión dará lugar a más crecimiento económico. Sin embargo, en general, la inversión extranjera sigue al desarrollo económico y no al revés. La cruda realidad es que, pese a la liberalización del régimen de regulación, la inversión extranjera no llega a un país a menos que su economía ofrezca un mercado atractivo y una alta calidad de recursos productivos (trabajadores, infraestructuras...). Esta es la razón por la que muchos países en vías de desarrollo han fracasado en atraer una cantidad significativa de capital, a pesar de dar a las firmas extranjeras un grado máximo de libertad. Los países tienen que crecer ANTES de interesarles.
Si organizas una fiesta, no basta con decirle a la gente que puede venir y hacer lo que quiera. La gente va a una fiesta donde sabe que pasarán cosas interesantes. Ellos normalmente no harán cosas interesantes por ti, por mucha libertad que les des.
Con respecto a las privatizaciones de empresas públicas en sectores estratégicos:
En igualdad de condiciones, hay una mayor necesidad de Empresas de propiedad estatal en los países en desarrollo que en los países desarrollados, ya que tienen los mercados de capitales subdesarrollados y debilidad en las capacidades de regulación e impuestos.
Cuando privatizas una empresa pública debes tener especial cuidado en vender la empresa adecuada, al precio adecuado, al comprador adecuado y bajo un adecuado régimen regulatorio.
Tampoco tiene desperdicio su explicación de los inicios de la guerra de patentes, en yuxtaposición con la situación actual, y que podría resumirse en este párrafo:
El panorama histórico es claro. La falsificación no ha sido inventada en el Asia Moderna. Cuando estuvieron por detrás en materia de conocimiento, todos los países ricos de hoy violaron alegremente las patentes, las marcas y los derechos de autor de otra gente. Los suizos "tomaron prestados" inventos químicos alemanes, mientras los alemanes "tomaban prestadas" marcas inglesas y los americanos "tomaban prestados" materiales británicos con copyright -todo ello sin pagar lo que hoy día se considera una "justa" compensación.
Tampoco se libra el FMI. Chang hace referencia varias veces a sus políticas erráticas y discriminatorias, por ejemplo cuando habla del déficit:
Cuando los países ricos entran en recesión, usualmente relajan las políticas monetarias y aumenta el déficit presupuestario. Cuando sucede lo mismo en países en vías de desarrollo, los malos samaritanos (así se refiere a los países ricos), a través de FMI, les fuerzan a incrementar los ratios de interés a niveles absurdos, o incluso a generar un superávit presupuestario aunque estas acciones den lugar a la agudización del desempleo y disturbios en las calles (¿De qué me suena esto?)
Y esta parte me encanta:
Los malos samaritanos han impuesto políticas macroeconómicas a los países en vías de desarrollo que pueden dañar seriamente su capacidad de invertir, crecer y crear empleo a largo plazo. La categórica -y simplista- denuncia de "vivir por encima de sus posibilidades" ha hecho que les sea imposible pedir prestado para invertir con el fin de acelerar el crecimiento económico, condenando a los jóvenes a pedir prestado para invertir en su desarrollo profesional o en la educación de sus hijos. Esto no está bien. "Vivir por encima de sus posibilidades" puede estar bien o mal dependiendo de la etapa de desarrollo en la que se encuentre el país y de para qué se utilice el dinero prestado.
Pondría más reseñas, pero que leches, leed el libro, que este post ya me ha quedado demasiado extenso... En fin que se trata de una lectura ardua pero harto interesante. Lo recomiendo enormemente para conseguir, al menos, una mayor perspectiva sobre lo que hoy día estamos viviendo. No es que sirva de gran ayuda saber que esta puñetera sociedad se estrella una y otra vez contra los mismos muros; pero yo por lo menos encuentro consuelo cuando gente más preparada y capaz me demuestra que mis ideas y pensamientos no son ningún disparate...

miércoles, 11 de julio de 2012

Llegar el primero a la oficina y encender las luces... Logro desbloqueado

Hoy es miércoles y desde el pasado lunes se ha hecho efectiva la ampliación de mi jornada laboral a 37,5 horas semanales. Hoy he sido el primero en llegar a la sala del departamento de Informática, he puesto mi dedo en el lector biométrico de la entrada y he visto, por primera vez, la enorme estancia vacía y a oscuras... Joder, que angustia...

Desde que estoy allí -y ya son unos pocos años- siempre que he llegado al trabajo, por temprano que fuera, había alguien en esa enorme sala: uno o dos pobres que habían llegado un par de minutos antes que yo (o que estaban currando desde las 7:30, cuando yo entraba a las 8); un par de señoras de la limpieza charlando relajadas apoyadas en alguna mesa o pasando afanosamente la fregona entre las papeleras (cuando he ido alguna tarde)... en fin no se, algún ser vivo. Pero hoy ha sido como en esas películas de terror en las que el prota entra en un lugar que conoce perfectamente pero que le resulta completamente ajeno y aterrador...

Con la ampliación de mi jornada laboral -en post de la eficiencia- todavía muy frequita, tengo que decir que, a mi juicio, se ha resuelto de la forma menos eficiente posible. Nos han dado casi libertad total para cumplir con esas dos horas y media adicionales. Podemos distribuir ese tiempo como mejor nos convenga: desde las 7:30 de la mañana hasta las 20:00 de la tarde... Lo mismo da que hagamos treinta minutos más a primera hora que a última; podemos hacer quince minutos antes y quince después; podemos hacer dos horas y media una tarde, o una hora una tarde y otra hora y media la siguiente..., y podemos ajustar nuestro horario cada semana de forma diferente... Qué alguien me lo explique.

¿Qué valor tiene, en términos de eficiencia de cualquier tipo, que yo pueda hacer todo eso? En términos energéticos se amplía de forma incompresible la franja de consumo eléctrico. En términos de trabajo no sirve de nada que yo venga a trabajar a las siete y media si, por ejemplo, el administrador de sistemas que tiene que arrancar y actualizar los servidores de pruebas no viene hasta las ocho, o si mi jefe decide venir a las ocho y media o las nueve porque prefiere hacer un par de tardes... De verdad que no lo entiendo. Si de todas formas había que hacer esto ¿No habría sido mejor establecer el mismo horario para todo el mundo?

Esta Navidad me como el turrón caducado

Con un 21% de IVA y sin paga extra de Navidad a ver quién cojones se compra una puta tableta de turrón el próximo mes de diciembre... Veremos si los de 1880 siguen anunciando tan orgullosos eso de "el turrón más caro del mundo"... Cada vez me siento más hundido e impotente...

miércoles, 4 de julio de 2012

Semana de vacaciones "inolvidable"

Hoy es 4 de julio, aniversario de mi feliz advenimiento; y parafraseando el título de aquella película de Oliver Stone, se podría decir que estoy jodido el cuatro de julio. Se que parece el título de la parodia porno de la peli protagonizada por Tom Cruise, pero es que en el último par de semanas se nos ha torcido un poco la existencia, al menos para lo que resta de verano y, probablemente, bastante más.

Me las prometía muy felices cuando hace un par de meses, decidí coger una semana de vacaciones a finales de junio para desconectar un poco del trabajo. No tenía grandes expectativas: hacer algunos arreglos en casa, descansar, leer un libro y quizás pasarme un video-juego. Pero el destino nos tenía reservados otros caminos... Un par de días antes de coger las vacaciones, nos llamaron del hospital para decirnos que el miércoles 27 de junio operaban a la niña. Bueno, no es la idea que tenía de una semana de descanso, pero llevábamos tiempo esperando esa operación. Era de agradecer que se fuera a resolver tan pronto (le hicieron el preoperatorio a penas un par de semanas antes y casi estábamos resignados a que no la llamarían, por lo menos, hasta septiembre). Además, al estar yo de vacaciones podría estar más tiempo con ella, y Cris no tendría que coger días en el trabajo. En fin que no era una mala noticia... El problema llegó un día antes de la operación. Cris me llamó por teléfono bastante agobiada (venía de un curso en Madrid): "Fran, mi madre de ha caído y se ha roto la cadera..." Ahora la cosa sí se ponía interesante...

Desde ese momento todo ha sido un sin parar. El día de la operación de Olga, mientras estábamos esperando a la salida del quirófano, permanecimos enganchados al teléfono para ver que pasaba con mi suegra. Mientras los cirujanos nos decían que todo había ido bien con la niña -aunque le habían extirpado las amígdalas de un caballo-, nos llamaban para decirnos que la madre de Cris entraba en quirófano a la mañana siguiente bien temprano. Por suerte la evolución de Olga fue muy buena durante la tarde y le dieron el alta el mismo día, por lo que pudo dormir en casa. La noche fue bastante toledana y por la mañana, a eso de las siete, antes de que se levantase la peque, Cris, casi sin dormir, cogió el coche y se fue para Coria a la intervención de su madre.

Actualmente la cosa está regular. El postoperatorio de Olga está siendo difícil, para ella y para nosotros. Está teniendo bastantes molestias y lleva seis días casi sin comer -a penas pasa el día con una magdalena y un par de yogures-. Por las noches se despierta varias veces con dolor y llanto y nos lleva un rato tranquilizarla. La operación de mi suegra fue complicada, no pudieron ponerle prótesis de cadera debido a la osteoporosis galopante que padece, por lo que la han tenido que remendar con clavos (ha habido fracturas múltiples). Tiene por delante dos meses de inmovilización, y si en seis meses no puede ponerse de pie tendrá que resignarse a una silla de ruedas. Todo esto, por razones obvias, nos va a traer bastantes quebraderos de cabeza. Y si ya de por si la situación es complicada, por lo pronto Cris ya se ha tenido que quedar en el hospital más noches que cualquiera de sus hermanos, aun teniendo todavía convaleciente a la niña... Pero bueno, mejor no me voy a meter en vicisitudes familiares que luego la liamos.

Y eso que yo, inspirado por mi buen amigo Kusan, tenía la sana intención de celebrar mi cumpleaños haciendo una fiestecilla con los amigos, costumbre que teníamos olvidada desde hace años... En su lugar héteme aquí montando una silla de ruedas y una cama articulada -como las de los hospitales- que nos han prestado para cuando le den el alta a mi desafortunada suegra... Toma revés del destino.

domingo, 17 de junio de 2012

¿Y por qué?

Me considero una persona de ciertos recursos intelectuales y jamás pensé que satisfacer la curiosidad y las inquietudes de una niña de tres años me iba a suponer un serio problema... Y sin embargo ahí estamos, en esa divertida fase -sobre todo para el que mira desde fuera los aprietos que pasa un padre- en la que la enana está preguntando el por qué de absolutamente todo lo que se le ocurre. No exagero si digo que, a lo largo del día, escucho ese dulce "papi, ¿Y por qué...?" un centenar de veces. En muchas ocasiones pregunta por preguntar, e incluso sin haber terminado de responder, ya me cae encima el siguiente ¿Y por qué?... Me da la impresión de que Olga le ha cogido el gustillo a ponernos en aprietos y de alguna forma le divierte ver como nos buscamos las vueltas para darle una respuesta que no de lugar a una nueva pregunta; pero es igual, el siguiente ¿Y por qué? sobreviene de forma inminente...

Hasta ahora las preguntas -por suerte- no suponen un problema de compresión para nosotros. El verdadero reto está en encontrar las palabras adecuadas para explicárselo a la niña. Aunque Olga habla desde muy pequeña y tiene un lenguaje muy rico para sus tres años, muchas veces nos excedemos en las explicaciones. Como conoce las palabras y su significado y algunas conversaciones con ella son muy "sesudas", en ocasiones perdemos la perspectiva de que estamos hablando con una pequeña de tres años y olvidamos que hay infinidad de conceptos que no está preparada para comprender. Además yo no soy amigo de inventarme milongas y chorraditas para que se quede contenta y callada, así que me esfuerzo por darle una explicación lo más próxima a la realidad..., y eso a veces me cuesta más de un dolor de cabeza. A esto hay que sumarle que Olga le da un montón de vueltas a la cabeza y se obsesiona con cualquier cosa que le cuentan o que ve en los dibujos, aunque sean los más inocentes del mundo... Todavía no entiende que clase de padres puede tener Pocoyó, que nunca han aparecido con su hijo en la tele, y encima lo dejan al cuidado de una elefanta rosa, un pato amarillo histriónico y un pulpo rojo que está como una puñetera cabra...

Hoy sin ir más lejos nos hemos enfrentado a nuestro último reto intelectual. La niña estaba viendo los dibujos por la mañana, Érase una vez la vida, todo un clásico. Ya habíamos tenido nuestros más y nuestros menos con esta serie en otra ocasión, y nos habíamos pasado un día entero hablando de las bacterias. Pero hoy ha sido agotador. ¿Cómo le explicas a una niña de tres años qué son las toxinas? ¿Cómo le explicas que esas cosas se nos pueden meter en el cuerpo mientras respiramos? ¿Cómo le cuentas que a veces las toxinas pueden dañar los cromosomas y provocar mutaciones?... ¡Exacto! No puedes, pero ella lo vió y quería una explicación. Así que hemos pasado todo el día convenciéndola de que no pasaba nada por tener algunas toxinas y cromosomas en el cuerpo, pero ella no quería tenerlos dentro. Ha estado todo el santo día preguntando por qué las toxinas hacían daños a los cromosomas, por qué estaban en el humo de los coches, por qué eran de color negro y tenían cara de enfadadas, por qué teníamos cromosomas y para qué servían... Durante la comida hemos hablado de toxinas y cromosomas. Cuando se ha levantado de la siesta ha preguntado por toxinas y cromosomas. Volviendo a casa desde Coria a las nueve y media (y con un sueño de morirse), en lugar de dormirse en el trayecto, ha venido hablando, por supuesto, de toxinas y cromosomas. Y finalmente a las once de la noche, mientras su madre la estaba acostando, sus últimas palabras ha sido para las toxinas y los cromosomas...

miércoles, 6 de junio de 2012

Los extremos del intelecto humano

Siempre se ha dicho que el ser humano es capaz de lo mejor y de lo peor. Estoy completamente de acuerdo y además creo que es aplicable en todos los aspectos. Hoy ojeando una web de curiosidades, me he encontrado con un par de referencias a noticias que ilustran bastante bien esos extremos en lo referente a la faceta intelectual de nuestra especie... En la primera de ellas, aquí, se habla de un tío que intentó bajarse de un avión a 8.000 metros de altura para hablar con Dios. En la otra, aquí, una noticia de ciencia habla de un experimento de física cuántica (que a penas logro entender) en el que han conseguido cambiar eventos del pasado sobre paquetes de fotones... La supervivencia de la especie dependerá de la parte del intelecto que gane la batalla. Yo estoy un poco asustado, porque creo que entiendo mejor al tío que intentó saltar del avión que a los científicos del Instituto de Óptica Cuántica de la Universidad de Viena...

miércoles, 30 de mayo de 2012

Soy ineficiente

Ahora lo entiendo todo. La actualización del software de nuestros sistemas es una secreta conspiración de los poderes fácticos para poder acusarme de ineficiente y justificar mi despido... Hace como un par de meses, alguien decidió que ya estaba bien de trabajar con el Framework de .NET 2003 y con SQL Server 2000. Estábamos prácticamente en el neolítico en lo que a tecnología de desarrollo se refiere, y nuestro rendimiento se estaba resintiendo por unas herramientas muy precarias, que ya no podían con sus huevos para manejar una aplicación tan sólidamente diseñada (una solución con 50 subproyectos y cientos de componentes y formularios) y una base de datos que sería la envidia de Boyce y Codd (con sus 2000 tablas y sus 11000 procedimientos almacenados nada redundantes)...

Llegó así la nueva era a nuestras vidas: un flamante .NET 2008 y un reluciente SQL Server 2008. Los que decían que a nuestras máquinas -de año 2004- les iba a costar un poco tirar con estas aplicaciones no eran más que unos alarmistas...

Eso no es todo. Nuestros equipos se restauraron a partir de una imagen que alguien montó para los programadores a finales del siglo XX, con toda la mierda que pensaron que podíamos necesitar y a eso le añadieron los nuevos programas. Después, no hace mucho, nos cambiaron los protocolos de subidas a Producción, hecho que casi ha duplicado nuestros tiempos de respuesta...

Total, que ahora hay días que cuando estoy escribiendo código en mi nuevo .NET tengo delays de teclado de uno o dos segundos. El Framework se me queda colgado al menos una vez al día (dependiendo de mi brío en pulsar "guardar" la cantidad de trabajo que perderé). Cada vez que inicio una depuración -en local- de los cambios en un formulario, me toca esperar unos cinco minutos. Cuando descargo la última versión de los proyectos puedo tocarme las narices diez o quince minutos. Y esto lo estoy escribiendo mientras alguien pone en un servidor de pruebas -al que antes podíamos acceder nosotros- las últimas modificaciones de una dll (cosa que pedí hace más de dos horas), y que es paso necesario antes de poder solicitar la subida definitiva a Producción...

Efectivamente, soy ineficiente...

domingo, 27 de mayo de 2012

Buenas intenciones con malos finales

No es una novedad que en muchas ocasiones las buenas intenciones terminan teniendo un final poco agradable (a mi mismo me ha pasado más de una y más de dos veces). Esta vez los protagonistas de la historia son mi mujer, una compañera de aikido y un señor japonés de apellido Hitomi...

Desde hace bastante tiempo he querido comprarme una hakama nueva con mi nombre grabado en japonés. Sin embargo es un gasto que llevo más de un año posponiendo, pues la prenda no es barata y siempre surgen imprevistos, como radiadores de coche, alternadores o facturas exorbitadas de la luz...

El caso es que Cris había dejado caer varias veces que quería regalármela y yo siempre intentaba quitarle la idea de la cabeza. Finalmente, sin saber yo nada, se confabuló con una compañera de aikido para cometer la dulce traición. El pasado miércoles, ella y la niña me acompañaron al dojo; antes de nuestra clase hay una clase infantil y a Olga le encanta meterse en el tatami y hacer un rato el loco en las colchonetas. Antes de empezar los mayores, entró una compañera de armas con una bolsa, cruzó una mirada cómplice con Cris y me dieron la sorpresa delante de unos cuantos amigos aikidokas que ya estaban calentando. Me encantó el regalo: una elegante hakama negra con mi nombre bordado en japonés (no, no ponía capullo ni nada parecido, lo he comprobado en Google Translator). Pero ¡Oh decepción! Cuando me la probé arrastraba una cuarta por el suelo...

Desde entonces estamos enzarzados en un cruce de correos electrónicos con un tal señor Yoshihiro Hitomi de BUDO YA (la tienda de equipamiento de artes marciales donde hemos hecho las compras). El problema viene del hecho de que la hakama está bordada, por lo que no quiere cambiarla. Sin embargo el contratiempo del exceso de tamaño se debe a que por su propia iniciativa y amparado en su experiencia consideró –tras conocer mi estatura y peso- que debía bordar y enviar una talla mayor a la que se le había pedido. Pretendió enseñarme a vestir esa prenda con cuatro fotos enlazadas en uno de sus correos (llevo más de cinco años llevando hakama...) y reforzó su decisión de enviar una talla superior con argumentos tan sólidos como que "Ahora muchos chicos tienen largas piernas" (textualmente). A eso hay que añadir que detecté cierto tono de suficiencia en sus correos; justo lo que necesitaba para calentarme, Así que le respondí (tengo que reconocer que con cierta saña, bien recubierta de cínica educación desde luego).

Al final la cosa ha quedado de la peor forma posible, sobre todo para él. En su último correo, haciendo gala de una "brillante" visión comercial y un desmedido orgullo, me dice que le devuelva la hakama y que me reintegrará su importe... ¿?. La verdad es que no lo entiendo, acepta comerse con patatas la prenda y devolverme el dinero en lugar de mantener la venta y enviarme otra talla, ganando además a un cliente... Tampoco fui tan hiriente, y entiendo que habiendo docenas de tiendas como esa, yo, como cliente, no tengo por qué conformarme si no estoy plenamente satisfecho. Pero parece que los japoneses lo ven de otra manera. Que alguien me lo explique.

El caso es que mañana, después de haberle escrito un nuevo correo, más suave, intentando hacerle entrar en razón (y sin haber recibido respuesta), le devolveré la hakama. Y me jode no creáis. Me jode porque voy a tener que gastarme un dinero adicional en devolverla. Me jode porque la prenda me gusta y es de calidad. Me jode porque no pensaba tener por el momento una nueva hakama y pese a la ilusión inicial de aquel momento, ahora es un quebradero de cabeza. Y me jode porque no soporto tener razón y darme de boca una y otra vez contra la cerrazón y la estrechez de miras.

viernes, 25 de mayo de 2012

¿Quién sobra?

Policías: 154.000
Médicos: 165.967
Bomberos: 19.854
Políticos: 445.588

Esta es otra de esas cosas que ilustran bastante bien por qué estamos con la mierda al cuello. Podéis leer sobre este despropósito en numerosos sitios de Internet, por ejemplo aquí, aquí y aquí...

jueves, 3 de mayo de 2012

Definitivamente "algo" falla en el sistema educativo...

Cuando leo noticias como ésta, repaso el artículo varias veces, de principio a fin y de izquierda a derecha. Miro otras fuentes, busco la trampa y el sensacionalismo..., porque de verdad que me resulta harto difícil creer que puedan estar hablando en serio:

Aconseja echar a una maestra porque sus alumnos de 4 años ya saben sumar, restar y leer

Huelgan más comentarios...

miércoles, 25 de abril de 2012

Mientras tanto en USA...

Me cuesta creer que noticias como esta sean tal y como las cuentan los periódicos. Os dejo aquí el enlace para que saquéis vuestras propias concluisones y/o conjeturas... Pero desde luego, si la noticia se parece mínimamente a la realidad, la foto de la tal Jackie Brucia, debería aparecer en todos los diccionarios al lado de la definición de Hija de Puta... Bueno, y la foto de la altruista y desafortunada empleada también debería aparecer junto a otra definición (en realidad se me ocurren varias), pero no me cebaré con ella, a fin de cuentas ya debe estar bastante jodida... Pero ¿en que narices estaría pensando?

jueves, 19 de abril de 2012

Luces y sombras de una tijera

Esta claro que para el más común de los mortales, el más sencillo de los curritos, el panorama económico actual pinta cada vez peor. El estado del bienestar que tan alegremente hemos construido con dinero de nadie se desmorona, y se desmorona para los de siempre, los que estamos en la base de la pirámide del Industrial Worker, que sigue teniendo hoy la misma vigencia que hace 100 años. Metidos de lleno en una vorágine de recortes y apreturas del cinturón, lo único que podemos hacer es opinar, de forma más o menos incendiaria, sobre todo un abanico de mediadas, tomadas o por tomar, más o menos acertadas.

Hoy están en todos los periódicos las podas en sanidad y el sector farmacéutico y, como con todo, hay cosas que pintan acertadas y cosas que descolocan al más pintado.

Por ejemplo, esta mañana me desperté con la noticia de que el Gobierno pretende acabar con el turismo sanitario. Oyes, pues me parece bien. Hay miles de situaciones en las que el abuso es flagrante: hay casos de extranjeros que se empadronan en España, con el empadronamiento consiguen la tarjeta sanitaria y ésta les da acceso a la tarjeta europea, con la que después se vuelven a sus países para recibir allí la asistencia a cargo de la sanidad española... ¡Menudos huevazos!

Con respecto al copago farmacéutico tengo sentimientos enfrentados, pero al final, prima que somos el segundo país del mundo en consumo de medicamentos y que el año pasado se retiraron en los puntos de recogida 3.700 toneladas de medicamentos caducados (y eso que parece ser que no somos precisamente punteros en la retirada de medicamentos)... Con lo que al final, pagar un 50% (en lugar de un 40%) por las medicinas que compro ocasionalmente no me dolerá en demasía. Un 10% (en vez de gratis) para los jubilados tampoco me parece -en la situación actual- una barbaridad, sobre todo teniendo en cuenta que las pensiones no contributivas seguirán sin pagar un duro y de las otras, las más bajas, no pagarán más de 8 euros al mes.

Además, el Gobierno prevé ahorrar también reduciendo el precio de los medicamentos genéricos y pretende aplicar criterios de eficiencia energética en hospitales y centros sanitarios. También quieren unificar una cartera básica de servicios para que todos los españoles tengan los mismos derechos en todo el territorio nacional... En fin, que hasta aquí la cosa no tiene mal aspecto... Pero (siempre hay un "pero") sigue habiendo cosas que no entiendo. Por ejemplo que el cambio de sexo siga siendo gratuito... Siempre se ha alegado que esta cuestión es vital para la buena salud mental de los individuos afectados y que deben estar abrigados y respaldados por la sociedad y el sistema... vale. Pero entonces ¿Por qué a un chaval con cuatro muelas podridas, al que le huele la boca a perro muerto (lo que es traumático casi seguro), nuestro sistema sanitario no le paga un puto empaste? ¿Por qué a un niño miope como un topo, harto de comerse farolas por no ver tres en un burro (lo que además de traumático es altamente lesivo para la integridad física), nuestra sanidad pública no le compra, como mínimo, las gafas de pasta más cutres del mercado?... Son cosas que no entiendo. No las entendía en tiempos de bonanza y no las entiendo ahora...

domingo, 15 de abril de 2012

¿Estamos dirigidos por psicopatas?

Hace algunas semanas me encontré con esta entrevista en la prensa. Querría haber escrito un cínico y brillante ensayo relacionado con esto, pero con la crisis, he tenido que bajar el sueldo a mi musa y ponerla a media jornada, y la verdad es que no está muy contenta. Así que aquí os dejo el enlace, por si os apetece enzarzaros en un debate esteril pero gratificante...

lunes, 9 de abril de 2012

Fantasmas y brujas

Cualquiera podría decir que esta entrada va sobre Halloween, pero no, va sobre Semana Santa, y a continuación me explico. Para Olga, con sus recién cumplidos tres años, esta es la primera Semana Santa en la que ha sido consciente de que "pasaban cosas extrañas" a su alrededor. Y eso que no hemos hecho nada especial, no hemos ido a ningún sitio -a penas hemos estado un par de días Coria-, y yo he estado otra vez fastidiado –aun lo estoy- con una laringitis que nuevamente me ha dejado fuera de combate (no se que me pasa últimamente, que cada vez que pillo un catarro se me agarra a la laringe y me deja sin voz varios días...). Pero al menos la niña ha visto alguna procesión (no sin cierto recelo) y nos ha regalado alguna de sus perlas (de esas que nos dejan a los padres en evidencia).

Salimos el Viernes Santo a visitar los monumentos de algunas iglesias de Coria (lo que parece ser una tradición). Después de estar en la iglesia del barrio y en la Catedral, nos pareció mejor idea visitar otros monumentos -en jarra y con tapa- y nos fuimos a tomar algo con un primo de Cris, su mujer y su hija -prima de la misma edad que Olga-. Por el camino nos encontramos con una procesión (creo que era la del Santo Entierro). Nos hallábamos esperando a pasos y penitentes en una de las puertas de la muralla. La comitiva venía hacia nosotros por una de las estrechas calles del casco histórico de Coria. Los tambores retronaban cada vez más cerca y Olga se agarraba a mi cuello, más bien disgustada con la percusión. Por fin la convencimos para que se pusiera en primera fila con su prima (que por cierto se mostraba bastante más entusiasmada que nuestra hija). De pronto paran los tambores y justo frente a nosotros se detiene el paso del Santo Sepulcro. Reina un silencio solemne. Entonces la niña señala a los nazarenos de la Cofradía del Cristo de la Salud -que visten capuchas blancas- y grita: "¡mira fantasmas!". Inmediatamente Cris le tapa la boca a la enana, me dedica una media sonrisa y los dos miramos de reojo a nuestro alrededor. Se ven muchas sonrisas y alguna cara ajada de disgusto. Bueno, no pasa nada, son cosas de niños...

El desfile reanuda su marcha aun en silencio y entonces pasan frente a nosotros unos cuantos cofrades del Cristo de los Afligidos, con sus austeras túnicas marrones y una capucha -sin capirote- que les cubre la cabeza y parte del rostro. Olga los mira y exclama sobresaltada: “¡mami son brujas!”...

–"Cris, coge a la niña y vámonos de aquí..."- susurro -"No me gusta como nos está mirando el nazareno de la cruz grande de hierro... Y se acabaron los cuentos donde salga cualquier cosa que no sea una princesita hortera y un pony rosa... "-. Claro que quién puede reprochárselo a la niña, siempre he pensado que ciertas tradiciones y estéticas de estas fechas son, cuanto menos, pelín siniestras.

martes, 27 de marzo de 2012

Una de esas noticias...

Este dispendio es una de esas noticias que nos encanta leer en los tiempos que corren y que le animan a uno el día. Se me ocurren tantos adjetivos cariñosos para esta escoria institucional que si los escribiera, todos los filtros de contenido inapropiado me bloquearían el blog... Señores del congreso, conozco a un par de hábiles aficionados -mi padre entre ellos- que les harían dignos retratos por muchísimo menos, incluso por amor al arte... A estas alturas deberían saber que en esta sociedad de la información ya no es tan fácil que estas noticias pasen inadevertidas. Luego no se sorprendan si los indignados les hacen un pasillo en las puertas de sus casas e incluso si les corren a hostias...

lunes, 26 de marzo de 2012

Tres años, tres días de fiesta...

... Aplicando esta regla de tres, no sobreviviré a los 16 años de mi hija...

Primer día

La cosa empezó hace algunas semanas de la forma más inocente. La idea original era celebrar una pequeña fiesta en casa, con cuatro o cinco amiguitos de la guarde, los hijos de algunos amigos nuestros -dos o tres- y los respectivos padres. Luego la madre de una de las amigas de Olga, que cumplía los años unos pocos días antes, nos sugirió celebrar juntos el cumpleaños de las dos niñas en alguno de esos centros de ocio infantil. Así podrían invitar más o menos a los mismos niños de clase, ellas estarían mucho más contentas y nosotros repartiríamos gastos... Así que al final decidimos quitarnos de engorros en casa y lo hicimos así.

El lugar elegido fue el Gymkana de Cáceres. Salía bastante bien de precio, era amplio y tenían muchas opciones de entretenimiento para los enanos. Las niñas estaban ilusionadas, las mamás confeccionaban con meticulosidad y entusiasmo las listas de invitados, los papás permanecíamos expectantes y un tanto asustados... El evento adquirió matices de la fiesta más esperada del año, y cuando llegó el viernes, todos los niños invitados de la guardería (bueno, sus padres) habían aceptado la invitación. A ellos había que sumar los niños de nuestros amigos y los de la otra parte celebrante... Total que al final nos encontramos con más de veinte pequeñajos revolucionados y una treintena de padres... La zona de juegos del Gymkana era una locura. A nuestros veintitantos retoños había que sumar los de otros cuatro o cinco cumpleaños (los nuestros eran los más pequeños). Había niños gritando, corriendo, saltando, bailando, llorando, jugando al balón y gritando todavía más por cualquier lado donde mirases. Por un momento me puse en la piel de los monitores del centro y me entraron escalofríos... Pero bueno, el acontecimiento resultó bastante exitoso, lo niños se lo pasaron bien y los padres tuvimos algunos momentos de charla y tranquilidad.

Segundo día

La fiesta del sábado no tuvo que ver directamente con los cumpleaños, pero bien vale de nexo entre el viernes y el domingo (y como dirían los expertos: da coherencia al relato...).

Se celebraba en el Pabellón Multiusos de Cáceres la XIII Gimnastrada Internacional. Nuestros pequeños de la guardería interpretaban "El país de las letras", actuación estelar que abría el evento. Pese al cansancio -muchos de ellos estuvieron de fiesta el día anterior-, hicieron un papel más que aceptable (tratándose de niños de 2/3 años...) Más tarde, con la premisa de que cada uno trajera algo para tomar un pequeño piscolabis con los padres y educadoras, invadimos un parque cerca del pabellón (creo que se llama Parque de Israel) y estuvimos comiendo y bebiendo desde las once de la mañana hasta las dos de la tarde, mientras los niños -todos con pantalones vaqueros y camiseta roja con su nombre y el nombre de la guardería- campaban a sus anchas por la zona de juegos y entre las mesas de camping llenas de comida... Casi treinta pequeños vestidos de vaquero y rojo en estado semi-salvaje... Épico.

Tercer día

El domingo, día del cumpleaños de Olga de verdad, tocaba celebrar la fiesta con abuelos, tíos y primos. Así que pusimos broche final al fin de semana con una copiosa comida familiar y una larga sobremesa de cafés y tarta. Durante todo el día estuvieron desfilando por casa varios familiares y amigos, y al llegar la noche, cuando los últimos abuelos se despidieron y capeamos el último sofocón de la niña -que no quería que la gente se fuera-, la quietud volvió a nuestras vidas.

Ha sido un fin de semana frenético y agotador. Esta mañana, cuando el despertador sonó a las seis y cuarto, se me vino el mundo encima y maldije al canalla que creyó que quitarnos una hora de sueño al llegar la primavera era una gran idea... Pero en fin, la niña ha tenido un fin de semana del que seguramente se acordará mucho tiempo.

viernes, 23 de marzo de 2012

Cuentas Pendientes... Vale, ahora lo entiendo todo.

He recibido este enlace de un amigo. No es que tuviera grandes dudas al respecto, pero ver tantos disparates de forma concentrada es tremendamente esclarecedor... No se si comprar el libro o directamente pasar de él para ahorrarme el disgusto... Me ha encantado lo del informático cantante de tangos.

jueves, 22 de marzo de 2012

Interesante conferencia

Hace mucho que no comparto un vídeo. Aquello del vídeo del lunes duró poco... casi todos los lunes estaba demasiado malhumorado, ocupado -o las dos cosas- como para buscar chorraditas graciosas... Sin embargo una amiga me ha enviado este enlace y creo que merece la pena escucharlo.

Estamos mu’ tontos... El Unboxing

Hay cosas que tengo que decir, aun a riesgo de ser intolerante ¿Qué mierda de vida debe llevar esta gente como para obtener placer viendo como un tío desempaqueta un puto teléfono móvil? Puedo llegar a entender que un entusiasta, sin nada mejor que hacer, quiera documentar en video el excitante momento en que desenvuelve su nuevo smartphone con tururú y metafurulos, para luego subirlo a youtube... Pero de ahí a que miles de personas sigan el acontecimiento como si fuera la última peli de los hermanos Wachowsky va un trecho... De verdad, cuanta gente necesitada de cariño...

Actualización
Un par de compañeros me ofrecen "argumentos" a favor del unboxing: "Para saber cómo estaba envuelto el paquete por si tienes que devolverlo" dice uno. "Para comprobar que el mismo aparato que tú has comprado y recibido en casa está correctamente envuelto" dice otro... (¬_¬)  Vale, me sigue pareciendo una solemne tontada...

miércoles, 21 de marzo de 2012

Medida ¿útil?

El Gobierno extenderá la semana de 37,5 horas para todo el personal público. Esta es una cuestión que lleva sonando bastante tiempo, algunas entidades públicas autonómicas y locales ya lo empezaron a aplicar hace meses, y otras muchas administraciones tienen jornadas de 37,5 horas -o incluso 40- desde hace ya años... Así que ¿cómo es de útil que todos los empleados públicos pasen media hora más al día sentados en su silla? Para esto hay opiniones de todos los colores y sabores, como, por cierto, manifiestan los cientos de comentarios de la noticia -no todos útiles, suficientemente razonados o simplemente con un mínimo de respeto, todo hay que decirlo-...

¿Y yo que opino? ¡Buf! La cuestión es complica, porque al margen de lo mucho o poco que me motive ir a trabajar media hora más al día, lo cierto es que me parece una medida inconsistente e inútil. Mientras no se habiliten mecanismos que permitan mesurar objetivamente el rendimiento de los trabajadores públicos, esto no es más que una decisión populista que generará -según mi modesta opinión- media hora más al día de gastos e ineficiencia.

No creo que extender la jornada laboral y reducir los sueldos (de cualquiera, no sólo de los funcionarios) sea la mejor medida anticrisis. Por norma general, empeorar las condiciones laborales de un trabajador -sea el que sea- y perder derechos adquiridos, sólo genera desmotivación (profesional y consumista), lo que, hasta donde yo sé, se da de bruces con la eficiencia en el trabajo o el crecimiento económico. Ojo, que esto no quiere decir que en las Administraciones Públicas no haya ya un importante problema de ineficiencia, o el cuestionable asunto del sobredimensionamiento (aquí podríamos hablar de otras cuestiones, como por ejemplo esta comparativa entre España y otros países europeos sobre los empleados públicos). Pero creo que no es ese el tema. Aunque tengamos aproximadamente el mismo número de funcionarios por habitante que Alemania, ellos crecen y nosotros estamos en recesión, ellos tienen un paro del 6% y nosotros tenemos un paro de 23%... Mi opinión es que la administración española no está sobredimensionada, la administración española, en muchos casos, es ineficiente, y eso no lo solucionarán haciendo que hasta el último de los auxiliares administrativos esté sentado en su mesa media hora más al día.

Paradójicamente, ese "para todo el personal público" que aparece en el titular de la noticia supondría, de ser cierto, un alivio para mí. Por mi condición de interino me encuentro bastante inquieto tras haber escuchado las previsiones más agoreras sobre nuestro futuro: desde reducciones de jornada y sueldo, hasta amortización de puestos de trabajo... Así que si tengo que levantarme a las 5:30 en vez de a las 6:00 para estar allí sentado media hora más -unos días tendré cosas que hacer, otros no- pues ya estoy programando el despertador... El debate está abierto