lunes, 26 de octubre de 2020

SUP3IA 1 - OBSOLESCENCIA 0

Hace ya bastante tiempo que no escribo nada. Y el caso es que desde que empezó todo esto de la pandemia la vida de todo el mundo ha dado un tremendo giro que bien merecería unas cuantas líneas por mi parte... Pero es que no me apetecía. Después de aquella operación de hernia que me mandó a casa un poco antes de que lo hiciera el estado de alarma, llegó el Helycobacter Pylori a mi vida, y con él un tratamiento de antibióticos que me dejó la flora intestinal hecha trizas. Con el Covid-19 agazapado tras cada esquina y mis defensas gritando "WARNING! WARNING!..." he pasado unos meses bastante acojonado cada vez que tenía que salir a la calle. Ahora me voy encontrando bastante mejor, ya como casi de todo y con relativa normalidad, y "gracias" a mi amigo Hely -y a las consecuencias del tratamiento- incluso me he quedado tipín (perdí como 10 kilos en menos de un mes). Pero durante un tiempo pensé "Como me coja la mierda esta del virus me manda a la UCI seguro...".
 
Como decía, todos estos meses de encierro, poca movilidad e interacción social escasa han sido más fructíferos de lo que pudiera parecer; mis nuevas (aunque modestas) habilidades como panadero o mi cuquísimo huerto urbano son sólo algunas pinceladas. Pero de eso hablaré otro día. Hoy vengo a contar mi épica y gratificante victoria sobre la obsolescencia de los electrodomésticos... 
 
Hace unos días nuestra lavadora empezó a hacer ruidos extraños, algo así como un golpeteo... clanclanclanclan... bueno, ya sabéis... Más tarde empezó a fallar el centrifugado y finalmente se paró y en la pantallita aparecieron algunos códigos de error que tuve que descifrar gracias al manual que, afortunadamente, todavía guardamos después de 12 años. El caso es que, según el manual, había algún problema por exceso de agua en el tambor, una obstrucción o alguna movida con la válvula de desagüe... 
 
¡Mierda! Se jodió la lavadora, y el cesto de la ropa sucia hasta las trancas, hay que buscar una lavandería, creo que hay una en la calle Talycual ¿Tendremos que llevar nuestro propio detergente? Nunca he estado en una lavandería ¿Cómo va esto?¡Arg!... Espera, espera, vamos a calmarnos...
 
Lo primero que pensé es que se trataba de un atasco tontorrón así que me fui a lo fácil, abrí una portezuela que tiene la lavadora para desagüe manual y... ¡Cagoenla...! cariño he inundado el lavadero y... ¡anda mira! aquí hay dos monedas de euro... Satisfecho de mis dotes detectivescas y con la zona azul de los próximos dos días resuelta, fregué el lavadero y me dispuse a probar que el aparato ya funcionaba. Puse un ciclo corto de lavado, esperé como un gilipollas casi media hora al lado de la lavadora y en el momento de centrifugar, ¡oh cruel decepción!, otra vez igual: clanclanclanclan y el centrifugado que no va... 
 
Cariño, ve mirando lavadoras que esto no va. Yo creo que mejor vamos a pasar de buscar un servicio técnico, porque el trasto tiene más de 12 años y para soltar 200 pavos en la reparación y que se vuelva a jorobar a los dos meses, casi mejor nos gastamos 400 ahora en una lavadora nueva ¿no?... 
 
Últimamente la situación económica no es la mejor, así que me fastidiaba bastante hacer un desembolso así, pero, una vez asumido que íbamos a hacer el gasto, llegué a una conclusión muy liberadora... Si vamos a comprar una lavadora nueva, no pasa nada si me termino de cargar ésta. Ha llegado el momento de cacharrear...
 
Jamás he visto una lavadora más allá de su parte frontal para meter la ropa y el detergente, pero a partir de ese momento me arrolló una ola de despreocupación y me atreví con todo. Enredando me di cuenta de que si dejaba abierto el desagüe manual (esta vez con un barreño para no inundar otra vez el lavadero) el centrifugado sí que se hacía. Todo empezó a encajar en mi cabeza y mi confianza como técnico de lavadoras fue in crescendo... Poco rato después tenía volcada la lavadora y le miraba las tripas como si hubiera estado haciendo aquello toda la vida, había soplado (con cuestionable salubridad) por todos los tubos que me había encontrado para asegurarme de que no había atascos y tenía la bomba de desagüe desmontada en mis manos... 
 
Cari, esto lo arreglo yo, ya verás. A mi me dá que es este cacharro. Aquí pone "motor de drenaje" yo creo que esto es lo que se ha roto...
 
Bien visto esto tiene menos mierdas que un ordenador...

Total que decidimos probar. Vimos precios por Internet y la cosa andaba entre 20 y 40 euros. Teníamos poco que perder y bastante que ahorrarnos. Al final encontré la pieza en una tienda de repuestos en Cáceres por 23 euros (hay que hacer consumo local, que la cosa está muy mala...). La monté, crucé los dedos y puse un lavado corto para probar (esta vez no me quedé todo el rato junto a la lavadora... aunque fui cada dos minutos a mirarla inquisitivo). Ni un ruido raro, centrifugado impecable y al final la estimulante musiquita que anunciaba el final del lavado... 
 
¡Cariño, esto funciona!
 
Loas, aplausos y emoción contenida... Es una chorrada enorme, pero fue un subidón para mi ego. Me anoto un tanto contra la obsolescencia, con la firme convicción de que mis recientemente adquiridas habilidades como técnico de lavadoras nos aseguran lavadora para otros 12 años...