martes, 15 de marzo de 2011

Cuando ganan los malos

Pertenencia a comando terrorista, involucrado en atentados con bomba, robos a mano armada y secuestro. Procesado y condenado por apología y enaltecimiento del terrorismo e injurias contra el Estado y la Corona (aunque quizás esto sea lo de menos). Estos detalles forman parte de extenso currículo del bueno de Arnaldo Otegi, que hoy se debe estar descojonando del Estado de Derecho.

Para una vez que la justicia española había puesto los puntos sobre las ies, hoy la estupidez institucionalizada me ha vuelto a dejar (contra todo pronostico) ojiplático y boquiabierto. El Tribunal Europeo de Estrasburgo de los Derechos Humanos ha condenado a España por vulnerar la libertad de expresión de este individuo, y ahora toca pagarle la suma de 20.000 euros por daños morales -más 3.000 de costas del proceso-. Importe que saldrá, por supuesto, de nuestros contribuyentes bolsillos...

A mis ojos, esa institución, así como la expresión "Derechos Humanos" acaba de sufrir un duro revés. Lo triste es que probablemente tiene razón. El señor Otegi tiene tanto derecho a decir que el rey es el jefe de los torturadores, como yo a decir que él es un hijo de puta sin escrúpulos y con ideales caducos. La diferencia es que si yo fuera un columnista prestigioso, o incluso si este blog lo leyeran más de diez personas, igual hasta me tocaba pagarle por difamación... Este es el país en el que vivimos, este es el mundo en el que vivimos.

1 comentario:

  1. La libertad de expresión no es algo que nos permita decir cualquier cosa, ni nos perite difamar a nadie ni permite tampoco hacer apología del terrorismo... y si el tribunal ha fallado a favor de Arnado Otegi, seguramente sea porque la justicia, como debe ser, juzga cada caso por separado.

    La triste realidad es que el estado sólo defiende sus propios derechos e intereses, con la excepción de que pueda obtener réditos políticos o económicos.

    De manera que nuestros derechos los puede infringir cualquiera que nadie los va a defender salvo que nosotros mismos estemos dispuestosa hacernos cargo del tiempo y/o del dinero que vayamos a tener que invertir en defenderlos.

    ¡¡Si es que ésto está montao para que ganen siempre los mismos!!

    El único consuelo que supongo que como la mayoría de los terriristas, espero que este hombre esté embragado hasta las cejas para cumplir con las indemnizaciones a las victimas de sus fechorías. Con lo cual todo lo que exceda un mínimo, que haya fijado un juez, que necesite para vivir no irá a parar al bolsillo de éste malnacido.

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