martes, 8 de enero de 2013

El típico balance ¿positivo? del año que acabó

Hoy es día 8, un poco tarde para balances anuales pensarán los avispados lectores, pero no desde mi punto de vista. Coincidirán conmigo, los que de un modo u otro festejan las pasadas fechas, en que el día de Reyes se antoja más adecuado para cerrar el ciclo anual. ¿Qué mejor día para hacer el añal balance que el día de Sus Majestades? A fin de cuentas son ellos los implacables brazos ejecutores de la justicia divina. Son ellos los que, hasta su día de autos, toman buena nota de quién ha sido bueno y quién ha sido malo. Ellos recompensan y ellos castigan... Bueno, eso, y que hasta hoy no he tenido ni ganas ni tiempo de escribir.

Decir a estas alturas que el año 2012 ha sido un año difícil es una obviedad tal, que merecería que alguien me diera un porrazo en todos los morros. En términos económicos, políticos y sociales ha sido poco menos que un desastre (¿poco menos?). Pero como pretendo, de verdad, parecer positivo en este post, voy a tratar de enfocar el tema desde una perspectiva más cercana y personal.

A nivel personal, y en lo tocante a mi ámbito más próximo, la situación no ha sido, ni mucho menos, la peor. La mayoría de mis familiares, amigos y conocidos más cercanos se mantienen bastante a flote. Algunos tienen incluso grandes perspectivas. Hay, por desgracia, algunas excepciones muy cercanas, pero confío en que ciertas nuevas oportunidades se conviertan, para personas muy queridas, en brillantes expectativas de futuro.

En lo relativo a nosotros, mi núcleo más íntimo y cercano, el 2012 ha sido, por lo menos, laboralmente estable. Cris y yo conservamos nuestros trabajos. Yo he sido ligeramente tocado económicamente, pero por fortuna no nos ha faltado ni comida en la mesa, ni unas breves vacaciones (más modestas que otros años), ni algunos pequeños caprichos.

Otros aspectos, sin embargo, incluso han mejorado más que notablemente. Desde su operación Olga no has vuelto a coger un resfriado serio. A penas has tenido décimas de fiebre por alguna pequeña infección. Escuchar su respiración pausada y tranquila cuando duerme es un auténtico alivio para nosotros. A falta de los resultados de su último estudio del sueño (que le hicieron a principios de diciembre), me atrevería a decir que las apneas han desparecido. Es todo un placer verla corretear arriba y abajo sin que a penas se le agite el aliento...

Parece que, después de todo, los Reyes Magos SÍ que me trajeron algunas de las cosas que les pedí el año pasado...

1 comentario:

  1. Enhorabuena por todas las cositas que te han traído, ánimo y suerte para que este año puedas hacer un balance al menos tan bueno como éste :)

    ResponderEliminar