lunes, 18 de julio de 2011

Matalascañas o El Regreso de la Maldición Vacacional

La semana pasada unos amigos (también con niños pequeños) nos llamaron para hacer una escapada de fin de semana a la playa, por eso de desconectar un par de días ante las vacaciones "oficiales" del verano; vacaciones que se antojan distantes todavía, allá por la segunda quincena de agosto.

Así que seguimos recorriendo los destinos vacacionales más cañi de la península, a la búsqueda de sol y playa, y sobre todo diversión para la pequeña... Esta vez le ha tocado a Matalascañas. Un hotel algo antiguo, pero bien reformado, con un buffet bastante respetable, un par de piscinas, muy cerca de la playa -donde además te llevan en trenecito- y muchas opciones de entretenimiento para los niños (tienen un recinto con castillos hinchables, camas elásticas, caballitos, un pequeño tren y otros cacharros). Así que, a priori, la cosa no pintaba mal para un par de días.

Claro que cometimos la ligereza de no contar con nuestra particular maldición vacacional. Y no hablo de la imprudencia de emprender un viaje a la costa en plena operación salida -lo que nos condenó a más de dos horas de retenciones-. Tampoco me refiero a la playa hipersaturada, donde entre mi toalla y la del vecino no cabía el bigote de una gamba... Hablo de mi pobre hija, que ha tomado por costumbre obligarnos a visitar el servicio de urgencias más cercano en el destino vacacional de turno, sin mala intención por supuesto, ya que a fin de cuentas ella es la más perjudicada.

En esta ocasión ha sido una gastroenteritis de caballo, que después de dos días de vómitos y diarrea, tiene a la enana agotada y bastante irritable. La verdad es que es una pena, porque pese a lo nada exótico del destino, podríamos haber pasado un par de días bastante agradables. Al final, el ratito de playa el sábado por la tarde, dos breves incursiones en la piscina del hotel y un buffet digno, pero amenizado con vómitos y llantos, han arrojado un balance ligeramente negativo. A ver si cuando nos vayamos de vacaciones de verdad en agosto, podemos romper ya con esta pequeña maldición familiar, porque sino voy a optar por quedarme en casita, bien cerca del pediatra.

5 comentarios:

  1. Ay por dios, paciencia, paciencia. ;-) No os preocupéis, que seguro que la peque se curte con este tipo de viajes. Veréis como para la próxima está como una rosa!

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  2. A éste paso va a ser la enana más fuerte de la guardería, ya veréis ya!!

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  3. Si yo no digo que no, pero llevaba una racha tan buena (yo era el que estaba jodido) que pensé que en esta salida nos libraríamos... Volveremos a tentar la suerte con la escapada de agosto a Portugal, aunque tengo que confesar que me asaltan ciertos temores.

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  4. Lo primero, joer que mala suerte teneis con la enana. Pero no te preocupes, piensa que todo lo que pille ahora, luego ya no lo pilla. El mío en la guarde lo pilló todo y el año pasado ya sólo faltó un día al colegio, y más por precaución de la madre que por enfermedad, porque estuvo viendo dibus y jugando todo el día...

    Lo segundo. Yo no conozco esa parte de la España cañí, y nos estamos planteando ir la segunda quincena de agosto a las famosas playas de Huelva, provincia de Badajoz (o de Cáceres, no sé), no sé si serán cañís, yo conocía las megacañís de Santa Pola, Gandía, etc...

    Por cierto, dos horas de atasco un día... Uff, no se puede ir sin pasar por Sevilla???

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  5. Sí José, dos horas (o más) primero en Sevilla y luego en El Rocío -pasando por Doñana-. Supongo que operación salida + carretera en obras, es una combinación nefasta. No tengo ni idea de si se puede ir por otro lado, nosotros tiramos detrás de la otra familia y nos metimos de lleno en el embolado... :(

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