martes, 9 de abril de 2013

Reformas

Corre el año 14 de Gran Fulano y ha llegado el momento de hacer una dolorosa confesión: Ya no puedo afirmar tan alegremente como antes eso de que odio a muerte los realities... No, no me malinterpretéis, Gran Fulano, Jersey Shore (o Gandía Shore, o Topotamadre Shore...) y otros derivados protagonizados por algún tipo de subespecie ligeramente semejante al homosapiens me siguen pareciendo una zafiedad sublime que no tienen disculpa por mucho que los camuflen de experimento sociológico... Sin embargo debo reconocer que puedo ver, sin ningún cargo de conciencia, como el chef Gordon Ramsay pone a caer de un burro a los propietarios y trabajadores de los antros que visita (sin embargo no soporto a Alberto Chicote que protagoniza la versión made in Spain del programa original, y eso que tiene legiones de fans...).

Pero sin duda, en lo que a telerrealidad se refiere, mi debilidad son los programas de reformas. Hace no mucho daban uno, Extreme Makeover, en el que una familia (generalmente con problemas económicos o con un gran compromiso social y comunitario) era seleccionada para reformar su casa. Cogían a la familia en cuestión y la mandaban una semana de vacaciones, y luego una horda de trabajadores tiraban la casa abajo y construían una de esas casazas que hacen que odies, con envidia malsana, a una buena familia americana... Más tarde llegó, como no, una mala copia a la española, Esta casa era una ruina, en la que el grueso de de la reforma se centraba en llenar las habitaciones de los niños de juguetes y echarle mucho teatro para arrancar la lágrima fácil a la pobre familia, "víctima" del programa, y al desprevenido espectador... Vamos una mierda. Y es que para qué negarlo, nadie hace estas cosas como los yankees. En Extreme Makeover te tiraban una casa y la levantaban enterita en una semana (7 días). En la versión hispana necesitaban 15 días para reformar tres habitaciones...

Ahora, en ocasiones, veo uno que se llama Love or list it. En éste, una diseñadora y un agente inmobiliario, compiten para que una familia se quede en su casa tras una super-reforma o la vendan y se muden. Afortunadamente no hay versión española, y no creo que la haya, entre otras cosas porque el agente inmobiliario se iba a comer los mocos... 

¿Que por qué cuento esto? Bueno, resulta que estamos de reformas en casa. Después de cuatro años, y ante la inminente necesidad de otro dormitorio para que mi estimada suegra se pueda venir (al menos por temporadas, pues por ahora no acepta otra cosa), nos hemos metido en faena. Pese a que sólo vamos a arreglar un par de habitaciones y a pintar el salón (tenemos un modestísimo presupuesto; nada que ver con los sesenta u ochenta mil dolares de los tipos de la tele, con los que casi me podría comprar otra casa...), está todo el piso empantanado, el patio recuerda bastante a Kosovo en un día malo, y continuamente entra y sale gente de casa, mientras Olga, acuciada por la novedad, va detrás de unos y otros, presentándose, preguntando nombres (y otras referencias) y pregonando a los cuatro vientos que ha sido su cumpleaños y que le tienen que felicitar... Y la verdad, ante la improbabilidad de tener una vivienda como las de la tele, lo de las reformas ya no me hace tanta gracia.

4 comentarios:

  1. Lamento mucho la situacion de estado de guerra en vuestra casa. No he podido suprimir una sonrisa al leer el final de tu post, ya que me puedo imaginar perfectamente a Olga presentandose a los obreros...


    Animo!!

    Bea

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  2. Ya sabes lo que dicen: quien algo quiere algo le cuesta. Supongo que los trabajos de albañilería se terminarán en un par de días; luego sólo quedará pintar... Lo que pasa es que ya sabes como son estas cosas, empiezas haciendo un agujerito aquí para pasar un cable y acabas con rozas que cruzan todas las habitaciones... Al principio la idea era pintar sólo el salón (y las terracitas, donde están poniedo pladur), pero ya tenemos que pintar la entrada también, y en breve nuestra habitación y la que será nuevo dormitorio (el antiguo estudio)... Y estoy frenando a Cris, porque como me descuide les dice que cambien los techos... ¬_¬U. Me ayuda pensar que al final todo quedará más bonito y funcional.

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  3. Me encantan los realitys yankees. Descubrí el programa de Gordon Ramsey hace un par de veranos y me lo chutaba en vena directamente. El "Love or list it" también lo veo de vez en cuando y me gusta bastante. Y he de decir que tampoco me desagrada la versión de Chicote ... Con la casa no puedo más que decirte que tengas muuuuuuuuuuuuuuuuucha paciencia, cosa que entiendo es un poco difícil si vives en ella. ¡Ánimo!

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  4. A mi también me gustan los realities de reformas, en los canales alemanes hay además otros, donde hacen seguimiento de personas que se compran casas 'a reformar' y las reforman ellos mismos, son los mejores.

    Tened paciencia, seguro que al final os queda todo bien.

    Un abrazo.

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