Hace algunas semanas me encontré con esta entrevista en la prensa. Querría haber escrito un cínico y brillante ensayo relacionado con esto, pero con la crisis, he tenido que bajar el sueldo a mi musa y ponerla a media jornada, y la verdad es que no está muy contenta. Así que aquí os dejo el enlace, por si os apetece enzarzaros en un debate esteril pero gratificante...
La historia está llena de ejemplos en los que las personas capaces de manipular a otras y carentes de empatía son ensalzados por una población para que realicen las barbaridades de las que la población no quiere responsabilizarse, iniciar guerras, explotar al tercer mundo, mantener a raya a las clases bajas, etc. etc.
ResponderEliminarValga como ejemplo el jefe blando, que no es capaz de gobernar a sus subordinados y finalmente contrata a un 'psicópata' para que despida a los 3 o 4 vagos (pero tremendamente simpáticos y que le caen bien a todos los compañeros) a la calle sin ganarse la enemistad de nadie... y le paga una fortuna...
Yo no sé de qué te sorprendes. Para algunas profesiones tienes que seguir el principio de Maquiavelo. En mis años de consultoría sólo he tenido un jefe bueno y coherente, y una comercial buena. El jefe sigue en el mismo puesto donde le conocí hace ya 12 años, y le han pasado por encima muchos de sus subordinados, y la comercial, alguien que sólo vendía cosas que sabía que podía vender, acabó en la calle. Creo que montó una casa rural. En lo que yo he visto, pocas veces termina arriba el más capaz o el más trabajador, normalmente termina arriba el que es capaz de sacrificar todo por conseguir lo que quiere.
ResponderEliminarY ahora, otra reflexión, ¿cómo educamos a los hijos? Yo ya me estoy arrepintiendo de hacer al mío demasiado bueno.
No, si no me sorprendo, de hecho estaba casi seguro de que la mayoría contestaría que sí a la pregunta que planteo (hablar de mayoría cuando este blog lo leen cuatro o cinco -aunque distinguidos- es un poco pretencioso, pero bueno...). Sin embargo planteas otra cuestión que a mi también me quita el sueño. Como tú, yo me estoy arrepintiendo de determinadas pautas educativas que he pretendido seguir... ¿Es lícito condenar a nuestros hijos al ostracismo pretendiendo que sean buenas personas, con la esperanza de que "crearan" un mundo mejor? De verdad que es un asunto peliagudo...
ResponderEliminarSer bueno no consiste en poner la otra mejilla. A mi me educaron en la justicia y si algún día tengo la oportunidad de educar a un hijo espero poder transmitirle la siguiente idea:
ResponderEliminarSé bueno con los que son buenos contigo, ignora y aléjate de aquellos que no te hacen bien y si no puedes ignorarlos o alejarte, dales bien fuerte, donde les duela, para que aprendan a dejarte tranquilo.
Es lo que intento hacer yo y creo que los que me conocen dirían de mi que soy una buena persona...
Sobre la pregunta de si estamos gobernados por psicópatas, yo diría que si, pero añadiría que por psicópatas ineptos.
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo (con tus dos entradas). Ahora que Olga empieza a entender explicaciones más complejas ya estoy intentando inculcarle la diferencia entre cascar a otros niños "porque sí" y cascar a otros niños cuando le casquen... Nos está costando trabajo, porque siempre le hemos dicho que no hay que pegar y a veces no quiere o no le sale devolver el golpe. Ahora sólo son empujones o pellizcos en la guardería, pero me temo que la cosa se pondrá más dura en el colegio. Cada una de estas pequeñas cosas es todo un reto educativo, quiero que mi hija sea una buena persona pero, como bien dices, no quiero que se deje avasallar por nadie si puede evitarlo.
ResponderEliminarY efectivamente, estamos gobernados por psicópatas ineptos, aunque me temo que la ineptitud de sus dirigentes es más problemática en unos paises que en otros. Y no son sólo gobiernos; son instituciones, son empresas, etc, etc...
Por cierto, yo soy de los que te conoce... No eres mal tipo :P
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