lunes, 12 de diciembre de 2011

Puente en Madrid y otra semana cojonuda

Como vengo haciendo los últimos cinco o seis años, hace unos días he acudido al curso nacional de aikido que el maestro Kitaura imparte en Madrid por estas fechas –habitualmente el primer fin de semana de diciembre-. Este año habíamos planeado irnos todos (Cris, la niña y yo) y prolongar un poco más nuestra estancia en la capital, de modo que Cris y yo pudiéramos hacer algo especial el día de nuestro aniversario, y al mismo tiempo, hacer las presentaciones oficiales entre Olga y Madrid; con luces navideñas, zoológico y toda la parafernalia de unos idílicos días en familia. Nos tomamos un par de días de vacaciones para hacer puente con la Constitución y la Inmaculada y cogimos un hotelito por el barrio de Salamanca, céntrico y a diez minutos del polideportivo donde tendría lugar el curso, de modo que durante las sesiones del mismo -sábado y domingo-, Cris y la niña pudieran moverse con comodidad. Luego, desde el domingo por la tarde hasta el martes, disfrutaríamos de un merecido descanso familiar.

Pero como viene siendo habitual se nos jorobó el plan. Con toda sinceridad, intento denodadamente apearme de mi pesimismo, pero hay ocasiones en que la única forma que tengo de conseguirlo es comparar mi sino con el de un pobre niño congoleño (mis disculpas por la insensibilidad, sólo es una forma de hablar). Desde el segundo día de estancia en Madrid -y hasta hoy mismo- tenemos a la niña enferma, sin que nadie tenga muy claro que le pasa más allá del socorrido "es un virus". Llevamos más de una semana desesperados, luchando contra la fiebre a golpe de Dalsy y Apiretal y baños tibios a las cuatro de la mañana.

El planazo del domingo 4, día de nuestro aniversario, fue intentar mantener baja la fiebre de la niña. El plan lo completamos por la tarde-noche yendo de urgencias al hospital Niño Jesús, donde tras una evaluación previa (en la que obtuvimos una baja prioridad) nos vaticinaron cinco horas de espera. Como en ese momento la niña estaba bien -Dalsy gratia-, y allí había docenas de niños enfermos, decidimos salir escopetados, no fuera que al final nos llevásemos más de lo que traíamos...

Esa noche fue bastante toledana, pero como quiera que la niña amaneciera bastante bien, y dado que llevaba un mes hablando de los animales de zoo, decidimos arriesgarnos y darle en el gusto.

La mañana y parte de la tarde transcurrieron con cierta normalidad. La niña bastante cansada y mimosa, y algún amago de febrícula, pero bastante bien. Disfrutamos lo que pudimos del zoo y a última hora de la tarde, ya oscurecido, dimos una vuelta por la Plaza Mayor, Sol y Preciados, para que la enana alucinase un rato con la iluminación navideña. Pero cuando llegamos al hotel Olga estaba con 39,8º. Antitérmicos, baños de agua tibia y agobios. La noche tampoco fue buena y por la mañana empacamos nuestras cosas y salimos disparados para casa.

Parecía que la niña estaba bastante entonada por la mañana, e hizo bastante bien la primera parte del viaje; pero cuando paramos a comer en un hostal, la fiebre empezó a subir de nuevo, se le cambio la cara y parecía que iba a perder el conocimiento, así que pedimos una habitación, dejamos la comida en la mesa y subimos a bañar a la pequeña.

Cuando pareció que se recuperaba, comimos rápidamente, montamos en el coche, lo puse a 140 y no paré hasta llegar al servicio de urgencias del hospital, en Cáceres. Me río yo de la Odisea de Ulises.

Hoy lunes, ya han pasado ocho días desde que la niña empezó con esta batalla. Esta noche ha vuelto a los 39,5º. Su madre y yo a penas hemos dormido. Yo he tenido que desplazarme para trabajar y Cris la llevará esta mañana al pediatra por enésima vez. Y ya que estamos, después de que la hayan visto media docena de doctores (entre pediatras y médicos de urgencias) a ver si alguno considera mandarle, por lo menos, una analítica de una puta vez. Es un virus dicen..., sí, el catarro común, la gripe A y el jodido Ébola lo son, para saber eso no hay que estudiar medicina...

P.D.: Me disculparéis que hoy no tenga ganas de "vídeo del lunes".

5 comentarios:

  1. Vaya Odisea :(

    Animo chicos! Yo creo que lo que os hace falta es encontrar un pediatra que le haga una analitica a la peque, como minimo para que os quedeis tranquilos o para ponerle un tratamiento que sea capaz de tratarle la fiebre de forma adecuada.

    Un beso enorme, enorme.
    BEA

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  2. Ánimo mozos! Seguro que todo ésto hace que la niña se críe a prueba de bombas!

    Un abrazo!

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  3. Joder, que pena. Venga, aupa. Insistid en urgencias hasta que os hagan caso.

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  4. Por fortuna estas cosas acaban en algún momento. El lunes, tras diez días de fiebres y un desafortunado incidente con el pediatra de cabecera de la niña (del SES), nos fuimos por la tarde a un pediatra privado. La infección vírica había acabado por provocar una otitis (ya tenemos la "itis" que nos faltaba en la colección). Diez días despues -bien sea por la reciente administración de antibióticos, bien sea porque las defensas de la niña han terminado por ganar la batalla por puro aburrimiento- ha comenzado la mejoría. Ayer la enana ya no tuvo fiebre y ha empezado a recuperar el apetito... Así que hala, hasta la próxima.

    Por cierto, gracias por los ánimos.

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  5. Mamma mía!! Vaya tela con los viajes vuestros. Ya veo que las cosas van mejor y, al final, es con eso con lo que debemos quedarnos.

    Un abrazo!!

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