lunes, 11 de abril de 2011

El Manhattan del Mediterráneo

Gracias al inesperado mecenazgo de unos amigos, la última semana de marzo hemos podido disfrutar de unas precoces vacaciones en la Costa Blanca. Una llamada y una propuesta:-“¿Os queréis ir una semana a Benidorm? Nos ha tocado una estancia de una semana con pensión completa y no podemos ir…”. Miré a Cris con una sonrisa de oreja a oreja. Hicimos las convenientes gestiones en el trabajo y un par de días después aceptamos el regalo.

El domingo 27 de marzo, cargamos el coche y nos metimos para el cuerpo 750 kilómetros. Tras algo menos de 10 horas de viaje, con varias paradas para comer o para que la enana se desfogase, y apurando al máximo el deposito de gasoil y los dichosos 110 Km/h, llegamos a Benidorm (GPS mediante).

Lo cierto es que Benidorm me sorprendió gratamente. Toda vez que yo esperaba encontrarme con otra ciudad de playa feúcha y algo sucia, resulta que llegamos a una pequeña Manhattan en la costa de Levante. Flanqueada por sierras y montañas, presenta una atractiva silueta urbana de rascacielos, y un bonito perfil costero. Así mismo posee amplios paseos, avenidas y bonitos miradores. 

Panorámica de la costa desde un magnífico mirador
Los que la conocen de otros tiempos, dicen que ha perdido mucho de su antiguo esplendor, que la marcha ya no es lo que era y que la ciudad ha sido tomada por la tercera edad. La verdad es que no puedo emitir juicios al respecto. No había ido nunca a Benidorm y para ser sinceros, cuando vas en familia, con una niña pequeña, y a las diez tienes que estar en la habitación del hotel, viendo la tele con el volumen bajito para no despertarla, la marcha es lo de menos. Sí que es cierto que cuando entrábamos en el comedor del hotel, la media de edad bajaba radicalmente; sobre todo los primeros días. Pero luego llegaron algunas parejas más jóvenes, algunas incluso con niños. Tampoco andaba escaso el hotel de extranjeros, sobre todo alemanes e ingleses, algunos de ellos relativamente jóvenes también. Había un grupo de estos últimos, en torno a los treinta y muchos o cuarenta y pocos, barrigones, con pinta de hooligans y pulseritas naranjas –todo incluido- que desayunaban con vino y empezaban a clavarse cubatas a las diez y media de la mañana. Un día por la noche vi a uno de ellos dando tumbos por el salón, con la mirada vidriosa y haciendo unas eses que parecían ochos. Fue una de esas situaciones en las se te pasa por la cabeza que puede haber follón, pero decides quedarte un poco más a ver que pasa. El tío cogió un cigarrillo de liar que le dio un compatriota, y sin decir esta boca es mía, se fue con sus eses por donde había venido, en dirección al recinto de la piscina, donde se permitía fumar.

El general y salvo algún problema con la climatización de la habitación, la estancia en el hotel Agua Azul ha sido agradable. El personal del servicio ha sido muy atento, especialmente con la niña, que se ha venido a casa empachada de mimos y carantoñas, tanto de los empleados como de las docenas de improvisados y anónimos abuelos. El buffet, en desayuno, comida y cena, era bastante respetable y variado; y las instalaciones limpias y confortables.

Por lo demás, la semana nos ha servido para descansar y desconectar un poco de la rutina. Es triste decir que a finales de marzo ya necesites unas vacaciones, pero lo cierto es que nos han venido muy bien. Hemos tenido bastante buen tiempo, aunque no lo suficientemente caluroso como para pasarnos el día en la piscina o en la playa. Sin embargo si hemos ido un par de tardes a caminar, a jugar con la arena y a tontear un poco con las olas en la orilla. Yo incluso me di un breve y nostálgico baño uno de los días. Echaba de menos bañarme en el Mediterráneo y lo cierto es que, después de la experiencia, me atrevería a decir que es mucho más osado bañarse en algunas piscinas naturales del Jerte o la Vera en pleno mes de agosto.

Aunque Aqualandia y Terra Mítica, aun estaban cerrados, si que visitamos sus zoológicos temáticos: Mundo Mar y Terra Natura. Cientos de animales -en ocasiones sin ningún tipo de barrera física- organizados en recintos que recrean sus zonas geográficas y entornos, y espectáculos de leones marinos y delfines, hicieron las delicias de la niña... Bueno y las nuestras (¬_¬U. Porque lo cierto es que yo flipé con los delfines y los grandes felinos, y me volví loco haciendo fotos... Ambos parques están fantásticamente habilitados para recorrerlos con niños pequeños y sillitas. Ofrecen estupendos paseos ambientados con música y sonidos de la naturaleza y además, como estamos en temporada baja, los recorridos y espectáculos no estaban nada saturados. En ocasiones caminábamos los tres solos, perdidos entre vegetación y animales, lo que era una sensación muy grata.

Una llama con un serio problema dental...
Con estas visitas y con la anterior a la Reserva del Castillo de las Guardas, casi podríamos bautizar el mes de marzo como nuestro particular mes de la biosfera y la diversidad animal. Creo que puedo decir, sin temor a equivocarme, que en un mes, he visto más bichos vivos que en toda mi vida, y lo cierto es que me ha encantado.

Otra vez los emús. Definitivamente no me gusta un pelo como me miran estos bichos...
Vamos, que al final la semana se ha hecho corta. Tanto la enana como sus padres han disfrutado de lo lindo. Sin obviar algún sustillo –Olga parece haberle cogido el gusto a aterrizar de cabeza desde la cama cada vez que vamos a un hotel, y no hemos podido renunciar a la tradicional visita al centro de salud de turno-, el balance ha sido muy positivo y hago público desde aquí mi agradecimiento a nuestros benefactores.

Olga jugando al escondite con un cachorro de tigre.

3 comentarios:

  1. A veces la vida te sorprende y te regala una sonrisa :).

    Os debemos un café en nuestra nueva morada ;).

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  2. Nos lo debéis, nos lo debéis :D... Siento haber estado en la otra punta del país cuando os mudasteis... Bueno, no lo siento, me enteré que ibas a mudarte y me fui lo más lejos posible para escaquearme :P

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  3. Si que es un astuto plan el vuestro... amañar un concurso para que unos amigos ganen un viaje y luego sabotearlo para que os lo regalen.... :D... polamódedió digno del mismísimo rasputin.

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