viernes, 1 de mayo de 2015

Madrid, abril de 2015

Este año nuestras habituales vacaciones de primavera se ha visto reducidas a anecdótica escapadilla debido a algún que otro percance automovilístico (con imprevistas consecuencias monetarias...). Así que nos hemos cogido una nochecita de hotel con entradas al Parque de Atracciones en nuestra ilustre capital.

Nos gusta mucho ir a Madrid, siempre hay un montón de cosas que hacer allí y cuando el objetivo es pasar ratos entretenidos con los niños nunca te quedas sin recursos. En esta ocasión queríamos llevar a Olga al Parque de Atracciones, el de toda la vida, así que aprovechamos una de las numerosas ofertas disponibles y nos fuimos para allá.

Llegamos a nuestro hotel el viernes 24 hacia el medio día. Esta vez nos alojamos por la zona del Bernabeu, una zona muy céntrica y bien comunicada. Como estabamos cansados decidimos tomarnos con calma el día e ir a saco con el parque de atracciones la jornada siguiente... No sé que tan buena idea fue esa, porque el sábado después de todo el día en el Parque debíamos afrontar el viaje de vuelta a casa, pero el caso es que lo decidimos así. Total que el viernes estuvimos paseando, comiendo, volviendo a pasear y volviendo a comer durante casi todo el día. Nos fuimos temprano al hotel, y a las diez y media ya estabamos los tres en brazos de morfeo. Diez horas de sueño profundo y reparador (que una vez año no hace daño...).

Por la mañana relativamente temprano -sobre las nueve y media- ya estabamos en pie y de camino al restaurante del hotel. Como suele ser habitual cada vez que leo las palabras "bufé libre" hice una ingesta ligeramente superior a lo recomendable para un desayuno civilizado, pero bueno, ya quemaría calorías en el Parque de Atracciones (aunque desafortunadamente me ocupé de ir reemplazando las calorías quemadas a lo largo de todo el día...). 

Cogimos la línea 10 del metro y 20 minutos después, sobre las 11:30 (media hora antes de la apertura), ya estabamos a las puertas de nuestro destino. El Parque de Atracciones de Madrid está en medio de un magnífico pinar en la Casa de Campo, esto implica que es un lugar relativamente fresco y con sombra abundante. Además el día estuvo entre nublado y ligeramente soleado, lo que facilitó mucho las cosas para estar todo el día al aire libre. Montamos con la niña en un buen número de atracciones -repetimos en varias-, pero como el día estaba fresco en principio procuramos evitar las atracciones de agua en las que había riesgo de mojarse... Y digo en "en principio" porque al final tanto insistió Olga que acabamos cediendo, fui a comprar unos ponchos de plástico y nos dejamos caer un par de veces por Los Fiordos (los del vídeo nos somos nosostros, mi cámara no es acuatica, pero valga como documento audiovisual...). Después le dimos nuestros ponchos a una pareja que estaba pensando si subir o no en la atracción y continuamos nuestro paseo por el Parque, sólo ligeramente mojados en pelo y cara... Aunque quizás nos deshicimos de los plásticos demasiado pronto...

El día paso divertido, agradable en lo climatológico y con Olga pasando olímpicamente de Dora la Exploradora y Bob Esponja, mientras perseguía por el Parque a las tropas imperiales, a Darth Vader, a Darth Maul o cualquiera que llevara un "Darth" en el nombre y oliese mínimamente a Star Wars (y eso que hasta ahora sólo ha visto dos o tres películas de LEGO Star Wars y algún capítulo de la serie de dibujos, no se que va a ser de nosotros cuando vea las películas... Lo confieso, mea culpa). Sin embargo, cuando ya nos íbamos, nos suplicó subir una última vez en un cacharro que le había encantado y en el que aún no había repetido: El Magneto de JimmyNeutrón. Miré el reloj, teníamos que coger el metro y volver al centro de Madrid (unos 20 minutos), cenar algo, recoger nuestro coche y ponernos en marcha de vuelta a Cáceres. Eran más de las ocho y me daba un poco de tirria hacer todo el viaje de vuelta por la noche (y demasiado cansado)..., pero al final volvimos a ceder. 

Como yo había montado con la niña la primera vez ahora le tocaba a Cris, así que hicieron cola pacientemente durante 15 o 20 minutos mientras yo esperaba fuera de la atracción para captar alguna instantánea. El cielo estaba empezando a parecer sospechosamente encapotado (más de lo que había estado durante todo el día) aún así perseveramos y subieron a la atracción... Bajar la barra de protección y caer la primera gota fue todo uno. Cuando los asientos estaban en la parte más alta del artefacto ya estaban razonablemente mojadas, y para cuando la atracción paró (antes de tiempo) y pudieron bajar, parecía que habían tomado una buena ducha. Yo, por supuesto, decidí quedarme también bajo la lluvia para conseguir cinco borrones que jamas en la vida pasarían por fotos, antes de decidir que era mejor no cargarme la cámara e ir a guarecerme de la lluvia, sólo un par de minutos antes de que ellas bajaran...

Lo que son las cosas, habiamos pasado todo el día evitando las demandas de la niña por montar en atracciones de agua. Como estaba nublado y algo fresco nos parecía innecesario exponerla (exponernos) a un resfriado. Y al final el aguacero que nos cayó encima (ya sin ponchos) mientras montaban en el dichoso "Magneto" suplió con creces cualquier otra atracción acuática... Cuando Olga se me abrazaba arrecida de frío me dijo "Esta sí que ha sido una atracción de agua ¿eh papá?...".

A partir de ahí todo fue una carrera: corrimos hasta la parada del metro bajo la lluvia. Corrimos chapoteando por las calles mojadas de Madrid hasta un centro comercial donde poder usar un baño para secar a la niña y cambiarla de ropa (llevábamos algunas cosas en una pequeña mochila). Cenamos a la carrera en un Burger King. Y corrimos hasta el parking para coger el coche y volver a casa... 

El viaje de vuelta transcurrió sin percances. Olga durmió plácidamente todo el viaje y yo aguanté como un campeón al volante hasta que llegamos a casa sobre la una y media, cansados pero satisfechos.

3 comentarios:

  1. Suena divertido!!!

    Nosotros, por desgracia, cuando vamos a Madrid, o es por el trabajo de Blanca, o por problemas con el piso, o por médicos. El viernes que viene iremos, dentista, claro que hemos decidido tomarnos el día, y aprovechar para el zoo o, mira, el parque de atracciones. Claro que en nuestra familia los chicos somos unos cagones (Bueno, yo digo a mi favor que cuando se diseñan las atracciones no se piensa en mi peso, y no confío que la física utilizada en el diseño de las atracciones tenga en cuenta el margen necesario para que yo monte, y Alonso, directamente dirá "sí, me gusta, pero no me apetece" y listo. Va a montarse en algo que no pueda controlar, anda ya) y las chicas unas imprudentes (incluyendo una cría de 3 años que se tiraría de cabeza en lo de los fiordos si la dejaran), así que no sé.

    ResponderEliminar
  2. Hmm voy tomando nota de todos los planes con niños que hay por Madrid... que ya pronto me tocará :P mientras tanto a seguir aprendiendo de los que me llevais algunos añitos de ventaja.

    ¡¡Gracias!!

    ResponderEliminar