jueves, 9 de junio de 2011

Sesudo análisis político

Ya hace casi un mes desde las últimas elecciones municipales y autonómicas. Las cabezas están algo más frías, han quedado atrás los apasionamientos preelectorales y se impone una nueva jornada de reflexión, pero a posteriori... O mejor no, porque a tenor de cómo están las cosas lo mejor es aceptar que nos gobiernan amebas descerebradas y que lo mejor que cabe esperar es que un día se olviden de respirar y, por fin, nos dejen a todos tranquilos.

Después de toda esta agitación política, el brutal varapalo sufrido por el partido socialista y el inesperado -y hasta cierto punto esperanzador- movimiento del 15M, la mayoría de los españoles estamos a la expectativa. Unos más que otros la verdad, porque los extremeños (por hablar de lo que me toca más de cerca) estamos con el alma en vilo por no saber todavía, a estas alturas, quién narices nos va a gobernar los próximos cuatro años. Por un lado están los pperos que están deseando echarle mano al histórico bastión socialista. Por otro lado están los psoistas, a quienes, desde el mismo día de las elecciones, les faltó tiempo para "tender la mano" -viendo que se les escapaba el feudo- al partido clave, Izquierda Unida, al que, por cierto, hasta ese día no habían hecho ni puto caso en estas tierras. Y ahí están ellos, IU, haciéndose los interesantes, con sus consultas democráticas no vinculantes (vamos que preguntarán por saber de que lado se bandea el personal, pero al final harán lo que les de la gana). La verdad es que IU tiene una papeleta cojonuda. Por un lado tienen a la cúpula central rasgándose las vestiduras, porque bajo ningún concepto se puede permitir (por acción o inacción) que entre a gobernar la derecha radical, franquista y maléfica. Por otro lado están los representantes autonómicos que no saben que hacer, porque si apoyan al PSOE incumplen su programa y traicionan a parte de su electorado (e indirectamente a otra mayoría de ciudadanos que han votado un cambio). Y si se abstienen en la investidura, contravienen la tendencia del partido a nivel nacional... En cualquiera de los casos van a decepcionar a unos cuantos de sus votantes, lo que igual les afecta en los próximos comicios... ¡Uf! Lo dicho, menuda papeleta.

He hablado con mucha gente desde las últimas elecciones. Esta vez, la situación ha suscitado más debate del que yo esperaba, y desde luego me he visto gratamente sorprendido al escuchar, por primera vez, a muchos a mí alrededor que no estaban hablando de Formula 1 o de fútbol, sino de política. Lo cierto es que toda esta agitación me ha hecho reflexionar mucho y en cierto modo me siento, también, mucho más responsable políticamente hablando. En mis conversaciones me he encontrado de todo, pero la mayoría de las opiniones se aproximan bastante a la mía en cuanto a quién debería gobernar. Es de sentido común pensar que, si hemos de ser políticamente democráticos y correctos, debe entrar en el gobierno el partido más votado. El PP ha ganado las elecciones con una mayoría simple, lo que por justicia (no sólo para ellos, también para los votantes) debería permitirle gobernar. Lo bueno es que al no tener una mayoría absoluta, todas las decisiones importantes, al final, deberán votarse en la Cámara Autonómica, con lo que deberán legislar con responsabilidad y quedará garantizada la pluralidad (claro que es sólo mi opinión).

De todas formas tampoco me quiero mostrar excesivamente optimista. Todavía esta por ver la que se va a liar cuando empiecen a salir resultados de auditorias en diputaciones y ayuntamientos. La cosa no debe andar muy bien cuando hay políticos que no se han votado ni a si mismos y municipios donde ciertos partidos han sacado menos votos que nombres llevaban en sus listas. Ya veremos si los nuevos gobiernos no se llevan las manos a la cabeza y escapan gritando "¡¿PERO DÓNDE NOS HEMOS METIDO…?!". En cualquier caso, a veces una única frase da una lectura bastante fiel que cuan perdidos y alejados de la realidad están los políticos (o cómo de cínicos pueden llegar a ser). Como cuando el día del derrumbamiento nuestro flamante presidente autonómico (ahora en funciones) dijo eso de "... Pues algo habremos hecho mal...". Sí ¿verdad? Pero ni puñetera idea de qué ¿No?... Hay que joderse.

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