martes, 18 de septiembre de 2012

La “vuelta al cole”... Sí, otra vez

El año pasado por estas fechas, me quejaba amargamente de un verano nefasto en lo que a tema automovilístico se refiere. Nos gastamos un dineral en reparaciones y mis benditos medios de transporte se ventilaron la paga extra prácticamente sin despeinarse. Después de lo que contaré a continuación, estoy empezando a temer que esto se convierta en una dolorosa tradición cada final de verano...

De no ser por las circunstancias, un tanto "sobrenaturales", esto no dejaría de ser una jugarreta más, de las que sufrimos frecuentemente los que tenemos la desgracia de necesitar un coche. Pero merece la pena contarlo, aunque sea para demostrar -una vez más- que Murphy es un grandísimo e infalible hijo de la gran p*...

Hace unos días, a última hora en el trabajo, antes de coger el coche de vuelta a casa, estaba ojeando el blog de un amigo que hacía tiempo que no leía. Me paré en una entrada, en la que se quejaba con amargura de una mala racha con los coches. No pude por menos que empatizar con él al recordar mi odisea del año anterior.

El caso es que ya en la autovía, iba yo pensando en mis cosas, batallando contra el sueño, mientras mis tres compañeros de coche reposaban en brazos de Morfeo. En esto que de pronto me acordé del post de mi amigo -"Menuda faena..."- pensé -"Menos mal que este año yo he tenido suerte..."-. En ese mismo instante miré el salpicadero y se encendió una de las luces de aviso, como diciéndome "Qué te has creído tú eso...". En aquel momento noté que el coche perdía potencia. Estaba pisando a fondo y el cuentaquilómetros no subía de 110...

Después de maldecir en arameo y otras lenguas muertas, salí de la autovía y detuve el coche (aunque no paré el motor, acojonado por si no volvía a arrancar...). Todos nos bajamos y yo abrí el capó (como si fuera a encontrarme un post-it que dijera "se ha averiado el compresor del condensador de fluzo..." o algo así...). A tenor de mis extensos conocimientos de mecánica, me limité a comprobar que no salía humo de ninguna parte. Luego cerré el capó y hablé con convicción: -"No tengo ni puta idea de lo que pasa, así que a ver si llegamos a Cáceres..."-.

Nos montamos todos en el vehículo y nos pusimos en marcha: primera, segunda, tercera..., pongo cuarta y entro acelerando en la autovía, paso a quinta, sigo acelerando, 110, 120, 130..., no pasa nada. Pongo el control de velocidad en 120. Parece que de momento todo va bien. Al rato se apaga el chivato. Trato de no pensar en averías, en blogs de amigos o en el puto Murphy..., y finalmente logramos llegar sin problemas.

Al final la broma ha resultado ser el filtro EGR (un cacharro que regula la emisión de gases). Hace un rato me ha llamado un señor muy simpático de la OPEL y me ha dado la cifra: 286 €uretes... Bueno, al menos no son los 600 del alternador, y si no viene ninguna otra desgracia detrás, podré darme con un canto en los dientes... Sí José, ya se que no es por joder, y que podía haber sacado un filtro EGR de desguace por 10 euros... Pero soy tan perro que por no andar complicándome la vida sigo yendo al taller oficial, que después de todo, con un buen lubricante no duele tanto (:P)...

viernes, 14 de septiembre de 2012

La cara y la cruz de la economía global

En Europa esta mañana nos hemos levantado con la noticia de que el BCE pide otro ajuste riguroso para combatir el déficit... Vamos más recortes e impuestos.

Y mientras tanto en USA planean una inyección masiva de capital para luchar contra el desempleo... Con dos cojones. ¿Necesitas dinero?, pues dale a la manivela, que papel y tinta hay de sobra. Da igual que no haya riqueza "de verdad" que lo respalde... Vamos, la solución que aplicaría cualquier niño de cinco años para combatir la pobreza: pintar billetes.

No creo que ninguno de los caminos sea el correcto. Aunque desde luego está claro quien lo está haciendo mejor para "sus ciudadanos" (al menos algunos de ellos). A los yankees no les importa una mierda la repercusión que puede tener inhundar la economía global con billetes de monopoli porque como "los mercados" siguen considerando el símbolito $ como un valor seguro..., pues no hay ningún problema. Nada cambia. Todo sigue igual. En la próxima crisis inmobiliaria de Estados Unidos, Europa se va a la mierda con eurobonos y todo...

jueves, 13 de septiembre de 2012

Un verano complicado

A penas queda una semana para el final oficial del verano y, por las circunstancias, la sensación de descanso estival es, básicamente, inexistente. Por decir que hemos "veraneado fuera" nos hemos escapado tres días a Madrid a primeros de septiembre. Hemos estado en un agradable hotel en Pinto (a 20 minutos del centro de Madrid). ¿Por qué en Pinto? Bueno, nuestro destino principal ha sido el Warner Bros Park, que está, precisamente, entre Pinto y Valdemoro... La verdad es que, dada la situación actual (lo de mi suegra sigue bastante complicado), no nos apetecía demasiado ir a ninguna parte..., bueno, apetecer sí, lo que pasa es que la situación familiar -y un poco la económica- no nos permitía irnos donde, cuando y cuanto hubiéramos querido... Pero al menos, con esta escapada, el verano de Olga no se ha limitado a una pequeña piscina en el patio de casa y a cuidar de la abuela malita; y podrá decir en el cole (empieza mañana) que ha ido de vacaciones. No importa que sólo hayan sido tres días; su percepción del tiempo aun es bastante relativa, afortunadamente.

Por suerte, la salud de la niña no nos ha dado quebraderos de cabeza importantes. Desde que la operaron a finales de junio su calidad de vida ha mejorado sustancialmente (y la nuestra claro). Ahora su descanso nocturno parece reparador, no hemos vuelto a notarle apneas y a penas ha tenido un breve resfriado anecdótico por algún día fresco de piscina (aunque hemos tenido muy pocos días frescos este verano...). Como consecuencia de todo esto, su actividad durante el día se ha intensificado y ya no se queda sin aliento a la primera carrera. Pero claro, más carreras, saltos y brincos conllevan más caídas, moratones y magulladuras... Aunque bueno, que todos los problemas sean como esos (es que está falta de práctica la mi pobre...).

Por lo demás, hoy he empezado a trabajar. Cuando esta mañana sonó el despertador a la seis (¡las seis!), casi me da un telele. No es que me haya levantado a mediodía durante los días de vacaciones -Olga toca diana a las ocho y media como muy tarde-. Pero por más que pasen los años uno no se acostumbra a estos horarios (sobre todo cuando tratas de acostarte temprano y pasas sistemáticamente una hora dando vueltas en la cama sin poder dormir). Cuando empezaba mi jornada en Mordor a las ocho, levantarse a las seis y media ya era infame; ahora que empiezo a las siete y media, levantarse a las seis es una puta tortura... Y encima dando gracias, no sea que después de ampliaciones de horario, recortes de sueldo y demás mandangas, cualquier mañana ojeando el DOE (cosa que odio, pero tengo que estar al tanto de resoluciones y decretos sobre las ayudas que pagamos) me encuentre de patitas en la calle.